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MensajearCuliacán, Sin., 17 de julio de 2025.- La violencia ligada al crimen organizado en Sinaloa ha alcanzado niveles alarmantes. En los últimos diez meses, 44 elementos de distintas corporaciones policiacas han sido asesinados, víctimas de una ofensiva criminal que parece no tener freno. En apenas dos días, dos comandantes de alto rango fueron ejecutados en ataques distintos, pero bajo una misma lógica: sembrar terror en las filas de la autoridad.
La primera ejecución ocurrió el martes por la tarde. El comandante estatal conocido como “Nitro” fue emboscado mientras circulaba en una camioneta blindada Volkswagen Tiguan, acompañado de su esposa. A pesar del blindaje, los atacantes lograron abatirlo con armas de grueso calibre. Su esposa resultó herida, aunque sobrevivió al ataque.
Menos de 24 horas después, la violencia volvió a estallar. La noche del miércoles, el comandante municipal “Richard” fue perseguido por un convoy armado mientras conducía una Ford Ranger roja por las calles de Culiacán. El vehículo fue alcanzado y rafagueado hasta quedar completamente destruido. El comandante falleció en el lugar.
Ambos ataques fueron ejecutados con precisión y brutalidad, en zonas urbanas, dejando a su paso un ambiente de miedo entre la población y desconfianza hacia la capacidad del Estado para frenar esta guerra.
Desde el inicio de la confrontación entre facciones del crimen organizado por el control del estado, han sido asesinados 44 policías: un promedio de más de un agente por semana. La cifra no solo refleja la intensidad del conflicto, sino también el grado de exposición y vulnerabilidad de quienes intentan hacer cumplir la ley.
En este contexto, portar uniforme se ha convertido en una sentencia de muerte. Las ejecuciones de mandos como “Nitro” y “Richard” son parte de una estrategia de terror por parte de los grupos armados, que buscan debilitar la estructura institucional y demostrar su control territorial.
