Morelia, Mich., a 23 de noviembre de 2025.— En una gira inesperada hacia los rincones más oscuros del caso Manzo, agentes del Ministerio Público dejaron al descubierto una carta póstuma estremecedora, presuntamente escrita por Ramiro “N”, uno de los implicados clave en el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
El documento, cargado de culpa, miedo y revelaciones explosivas, fue presentado durante la audiencia inicial, encendiendo aún más el misterio detrás de la ejecución del presidente municipal.
“Cuando leas esto, yo estaré muerto”
La carta, hallada por su pareja Paulina oculta en una maleta, según reportaron medios nacionales, pinta el retrato de un hombre que ya sabía que tenía los días contados. Ramiro “N”, hallado sin vida el pasado 10 de noviembre junto con un menor de 16 años sobre la carretera Uruapan–Paracho, dejó escrito un último mensaje para su hija y para el mundo:
“Perdóname… te fallé. Seguramente cuando leas esto, yo estaré muerto, porque nos van a querer silenciar…”
En el mensaje reveló que trabajaba para un personaje conocido como “El Licenciado”, a quien responsabiliza de su inminente final y a quien señala como la mente detrás de la red que operaba en Uruapan.
Reclutador, operador y testigo de su propio destino
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Ramiro “N” no era un simple miembro de una célula criminal: era el reclutador, el hombre que llevó al ruedo a Fernando Josué “N” y Víctor Manuel “N”, este último señalado como el tirador que acabó con la vida del alcalde Manzo.
Las autoridades detallaron que Ramiro participaba en un grupo de mensajería secreta, donde se planeaba de forma meticulosa el ataque. Incluso, el 1 de noviembre, en plena víspera del Festival de las Velas, habría acudido personalmente a la plaza principal para vigilar y ubicar al presidente municipal.
A las 18:06 horas, envió al grupo un video de la jardinera donde más tarde sería ejecutado Manzo. Era la señal de que el objetivo estaba a la vista.
Un último aviso: “No lo digas en Uruapan…”
El mensaje póstumo no sólo confiesa, también acusa. Ramiro dejó por escrito que “El Licenciado” tendría bajo su control a funcionarios locales, advirtiendo a su familia que no revelara nada en Uruapan.
Aunque las autoridades señalan a Ramiro como pieza clave en la cadena criminal, su carta abre un capítulo todavía más sombrío: uno donde los responsables no solo planearon un asesinato político, sino que también habrían eliminado a quienes sabían demasiado.
Mientras la investigación avanza, la carta póstuma de Ramiro “N” se convierte en un documento incómodo, un eco desesperado de un hombre atrapado entre la lealtad criminal y el miedo a la muerte… una muerte que, según él mismo escribió, ya estaba escrita.








