Culiacán, Sin., a 20 de noviembre de 2025.— En un fulminante operativo que parecía sacado de una serie policiaca, fuerzas federales lograron la captura de José Socorro “N”, mejor conocido como “L-12”, señalado como uno de los líderes más violentos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la frontera norte.
La detención ocurrió en Culiacán, Sinaloa, donde marinos, agentes federales y personal de inteligencia cercaron una zona residencial para caerle encima al objetivo. Según fuentes de seguridad, L-12 intentó huir, pero el cerco táctico fue tan preciso que no tuvo ni tres segundos para reaccionar.
Un “objetivo prioritario” que mantenía en jaque a Tijuana
De acuerdo con autoridades federales, L-12 era considerado un generador de violencia de alto impacto en Tijuana, donde la célula que encabezaba —brazo operativo del CJNG— es investigada por tres órdenes de aprehensión por homicidio; Extorsiones, cobro de piso y desapariciones; Narcomenudeo y coordinación de sicarios; y Control de máquinas tragamonedas ilegales.
Incluso se le relaciona con el asesinato de una mujer ocurrido el 11 de septiembre de 2025, un caso que detonó la presión para localizarlo.
Su nombre aparecía de manera constante en reportes de inteligencia sobre la disputa territorial entre el CJNG y células locales aliadas a otros cárteles.
Sinaloa: su refugio… y también su caída
Aunque su imperio criminal lo construyó en Tijuana, L-12 fue ubicado en territorio sinaloense, donde presuntamente se escondía bajo protección de otros grupos.
Pero los operativos de inteligencia se intensificaron en las últimas semanas, hasta localizarlo y detenerlo sin un solo disparo.
Tras la captura, se espera su traslado inmediato a Baja California, donde un juez definirá su futuro judicial.
Golpe al CJNG en la frontera
La caída de L-12 es leída por especialistas como un golpe quirúrgico al CJNG en la frontera, pues el detenido habría mantenido una violenta red de operadores dedicados a ejecuciones, cobro de piso y desplazamiento de rivales.
Mientras tanto, en la ciudad fronteriza circula el rumor de que podrían venir represalias o reacomodos internos, una constante cada vez que cae un líder de peso.








