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MensajearCiudad de México, a 29 de julio de 2025.- La nueva casta de la política mexicana lleva el apellido López. Los herederos del expresidente mexicano Andrés Manuel Lopez Obrador, se encargaron de derribar la falsa bandera de austeridad y “pobreza franciscana” que el exmandatario pregonaba como estilo de vida para los mexicanos, mientras en el seno de su familia sus hijos acumulaban riquezas inexplicables que los han vuelto nuevos millonarios de alcances internacionales.
La más reciente controversia viene con el nombre de Andrés Manuel “Andy” López Beltrán, secretario de organización de Morena, quien se ausentó de sus obligaciones partidistas para visitar Japón de la mano de un diputado federal que sirvió como asistente personal de su padre, y de un empresario involucrado en una red que ha recibido miles de millones de pesos en contratos con gobiernos vinculados a Morena.
Andy, quien busca seguir los pasos de su padre y aspira a llegar al poder como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México o directamente como candidato a la Presidencia, fue captado primero en un hotel de lujo y luego saliendo de una boutique de Prada en Tokio.
Días antes el menor de los López, Jesús Ernesto Lopez Gutiérrez, quien recientemente culminó sus estudios en un prestigioso y costoso colegio del Reino Unido, fue captado en un centro nocturno VIP de España. Fuertes rumores señalan que estudiará la universidad en ese país, e incluso su madre, Beatriz Gutiérrez, pidió la nacionalidad española a pesar de haber sido la autora de la confrontación diplomática entre ambas naciones, al exigir a ese país disculpas a México por la conquista.
Jesús Ernesto siempre ha disfrutado de compartir su vida de lujos, exhibiendo a López Obrador. Se ha grabado bailando en la piscina de la mansión que habitaba su hermano José Ramón Lopez Beltrán en Estados Unidos, fumando en las oficinas de Palacio Nacional cigarrillos electrónicos -que luego su padre prohibió entregando el mercado a redes ilegales de tráfico-, o bien en centros nocturnos bebiendo champaña aunque era menor de edad.
El primero en caer en los exceso del lujo fue José Ramón Lopez Beltrán, a quien periodistas le descubrieron la llamada “Casa Gris” en Houston, Texas, una propiedad millonaria que rentaba el hijo de AMLO con su familia. La mansión es propiedad de un directivo de la petrolera a Baker Hughes, empresa para la que trabajaba la esposa de José Ramón, Carolin Adams.
El mismo día que ellos ocuparon la casa, se firmó un contrato y posteriormente otros que sumaron decenas de millones de dólares entre esta firma y Pemex, durante los primeros meses del gobierno de AMLO.
En Estados Unidos José Ramón manejaba una camioneta Mercedes - Benz valuada en 1.5 millones de pesos, asimismo, se le ha visto en juegos de béisbol luciendo un reloj de la marca Rolex, valuado en 8 mil 500 dólares.
Sin embargo, el propio Lopez Obrador nunca fue austero, pues cambió el Tsuru con el que hizo campaña por una flotilla de camionetas de lujo Chevrolet Suburban. Tan solo un mes de su estadía en el Palacio Nacional, costaba 6 millones de pesos al erario.
