Santiago de Querétaro, Querétaro, a 24 de junio de 2025.- De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el Estado de Querétaro, el 64.2 por ciento de los casos de violencia en cualquier modalidad, ocurre en propia casa y el 25.1 por ciento de las mujeres que han sufrido alguna modalidad de violencia con la pareja, aseguró Guillermo Vega Guerrero, presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia del Congreso Local.
Por ello, dijo, los legisladores que integran esta comisión en mención aprobaron la Iniciativa de ley que reforma el artículo 217 BIS del “Código Penal para el Estado de Querétaro” para agravar las sanciones para quienes ejerzan violencia familiar a mujeres embarazadas.
“Lo que hace el Código Penal en su segundo párrafo es señalar algunas agravantes, cuándo es peor el delito de violencia familiar y se establece que es mucho más grave cuando este delito se comete contra menores de 18 años, mayores de 60 años, contra personas que tienen algún grado de discapacidad y lo que estamos incluyendo es que en este grupo vulnerable se incluya a mujeres embarazadas porque en la situación en la que se encuentran son mucho más vulnerables”.
Recordó que los datos que arroja el INEGI establecen que más del 50 por ciento de las mujeres que fueron entrevistadas han señalado que fueron objeto de algún tipo de violencia ya sea, físico, verbal, psicológico y económico y por ello es necesario proteger a las mujeres y se hace una adición al párrafo 217 BIS.
“Digamos que hasta antes de la aprobación de este dictamen se le aplicaba la pena normal de la violencia familiar, es decir, antes de esta reforma a una mujer en estado de embarazo se le acreditado que se le había ejercido en su contra el delito lo que había es que la pena iba de uno a cuatro años de prisión, ahora con esta adición quiere decir que se puede ir hasta un 50 por ciento mas y se puede ir hasta seis años”.
Reconoció que estas acciones no resuelven de fondo el problema, pero me parece que para hablar de una justicia mucho más severa si pone en vulnerabilidad en contexto que el delito cometido contra una mujer embarazada se ve con otra lupa y es mucho más penado.
Recordó que, esta idea surge de la importancia de generar mecanismos para proteger a las mujeres, en especial cuando se encuentran en un estado vulnerable como lo es el embarazo.
“El embarazo es un período en la vida de las mujeres que debería caracterizarse por el cuidado, el respeto y el apoyo de su pareja, pero para algunas mujeres embarazadas, este momento está marcado por el sufrimiento debido a la violencia, ya sea por su pareja o por alguna otra persona que ejerce agresión física, verbal o emocional”.
Destacó que, en el aspecto psicológico, según los expertos, la violencia puede desencadenar ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático e incluso pensamientos suicidas.
Comentó que en el bebé se pueden generar lesiones fetales directas, sumado a que el estrés prolongado de la persona gestante puede afectar negativamente al desarrollo neurológico del bebé y generar problemas de desarrollo cognitivo y emocional a largo plazo.