Tepalcatepec, Mich., a 14 de noviembre de 2025.- En plena efervescencia nacional por las marchas convocadas para este 15 de noviembre, los habitantes de Tepalcatepec viven una realidad radicalmente distinta: un pueblo entero que quiere salir a las calles… pero no puede. Las amenazas directas de un grupo criminal dominante, la presencia de supuestas “patrullas clonadas” y la desconfianza total en las autoridades locales han convertido al municipio en un enclave de silencio forzado.
En redes sociales el activista de Apatzingán Julio Arreola, sobreviviente de un atentado armado que aún sigue impune, difundió un mensaje desesperado de vecinos que, temerosos de represalias, claman ayuda: “Estamos cansados de ser amenazados… este pueblo se volvió un fantasma. No hay libertad de hablar ni de denunciar. Aquí nos matan si decimos algo.”
La denuncia ciudadana asegura que, en Tepalcatepec, cualquier intento de protesta es sofocado de antemano. De acuerdo con ese mensaje, los pobladores fueron advertidos de que quien salga a manifestarse este 15 de noviembre “la pagará”, razón por la que muchos hogares ya viven bajo un clima de encierro absoluto.
A esta tensión se suma otro informe alarmante: la operación de camionetas Chevrolet Cheyenne que imitan patrullas oficiales, sin estar presentes en el inventario real de las fuerzas de seguridad. Los pobladores las identifican como “patrullas clonadas”, al servicio del Cartel de Tepalcatepec, el mayor grupo criminal del estado que asegura y continúa expandiendo su control territorial bajo apariencia policial.
La población acusa que autoridades de seguridad municipales, estatales y federales no brindan garantías, pues, aseguran, trabajan para el crimen organizado.
El resultado es un municipio que, según denuncias, vive bajo amedrentamiento permanente: negocios obligados a pagar cuotas, calles vigiladas por vehículos no oficiales y familias encerradas por miedo a que una palabra equivocada tenga consecuencias fatales.
Lo más grave, expresan los habitantes, es que Tepalcatepec se ha quedado solo, sin mecanismos reales de protección ni capacidad de presión política. Por eso piden que su mensaje llegue “a todos los rincones del país”, al gobierno federal y a la opinión pública, pues consideran que la visibilidad nacional es su última defensa.
En un México donde miles se preparan para marchas pacíficas, Tepalcatepec representa el contraste más oscuro: un municipio donde protestar está prohibido de facto, donde el silencio se impone con amenazas, y donde la población vive atrapada entre el miedo y el deseo urgente de alzar la voz este 15 de noviembre.
“Solo queremos libertad… pero aquí nos callan”, concluye el mensaje que hoy expone la desesperación de un pueblo que, pese a todo, busca ser escuchado.








