Celaya, GTO.- Con el objetivo de exigir justicia sin recurrir a la violencia, más de 1,400 personas participaron este lunes en una marcha pacífica convocada en Celaya como parte del “Movimiento Sombrero”, una manifestación nacional surgida tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlo Manso.
Con pancartas en mano y consignas como “¡Manso vive, la lucha sigue!”, “¡A mí una beca no me va a callar!”, “¡No más corrupción, no más violencia!” y “México me duele”, los asistentes expresaron su rechazo al clima de inseguridad y a la corrupción que —aseguraron— atraviesa el país.
La concentración comenzó a las 10:00 horas sobre el bulevar Adolfo López Mateos, a la altura de la colonia Arboledas. Desde ahí, el contingente avanzó durante más de dos horas en una marcha ordenada y sin incidentes, recorriendo una de las avenidas principales hasta llegar al Jardín Principal, frente a la Presidencia Municipal.
Ya en el corazón de la ciudad, los manifestantes exigieron la salida del alcalde Juan Miguel Ramírez para ser escuchados directamente por la autoridad municipal.
Entre los participantes se encontraba José Luis, un joven de la llamada Generación Z, quien explicó sus motivos para sumarse a la manifestación y emitió un mensaje dirigido tanto a la ciudadanía como a otros jóvenes.
“Vine primero porque no sabía si la marcha se mantendría totalmente pacífica; quería asegurarme de estar para un ser querido”, señaló. “Además, este movimiento es nacional y refleja algo muy complejo: cada día salen más pruebas de que estamos rumbo a convertirnos en un estado fallido. Mucha gente ya no quiere tener hijos por miedo a lo que les tocaría vivir.”
El joven enfatizó que la manifestación pacífica es una primera vía de presión social:
“El pueblo se está uniendo de forma pacífica y diplomática. Pero si esto no genera cambios, todos sabemos que las cosas pueden escalar. Prefiero apoyar la opción pacífica antes de que ocurra algo peor.”
Respecto al incremento de menores involucrados en hechos violentos, José Luis atribuyó el problema a la falta de educación y a la ruptura familiar:
“La solución es la educación. Como decía Cáncerbero: la cultura nace en los libros y en el amor de mamá y papá. Estamos en un país muy roto, con un abandono enorme por parte del padre. Es una reacción en cadena que se repite por generaciones.”
También criticó la carencia de pensamiento crítico en los contenidos educativos actuales:
“Necesitamos una educación que no sea manipulada. Los libros de la SEP han reducido matemáticas, que desarrollan pensamiento crítico. Como dice mi papá, que antes apoyaba a Morena: ‘nos quieren pendejos’. Entre más te cultives, mejor podrás elegir.”
Finalmente, dirigió un mensaje a otros jóvenes:
“No se rindan. La vida no es para los más inteligentes, es para los que aguantan. Vale más ser firme y correcto que elegir el camino fácil. Socialicen bien y sigan adelante.”
La marcha concluyó sin incidentes y se sumó a las movilizaciones registradas en diversas ciudades del país, donde miles de personas exigieron justicia y un alto a la violencia que afecta a México.








