Celebración de Semana Santa en la Mesa del Nayar, una cultura diferente

Morelia, Mich; a 02 de abril del 2021.- Con profunda devoción entre el pueblo originario de los Coras de la Mesa del Nayar, se realiza el jueves santo el tradicional arresto del Nazareno, ceremonia que realizan los hombres por 5 años bajo juramento, donde se tiznan con olotes quemados y vistiendo tan sólo un sencillo  'taparrabos", recorren las calles del pueblo los llamados judíos, formados en dos bandos: al frente los adultos, cargando  jabalinas de otate de 7 metros de largo y en la retaguardia los jóvenes y niños con espadas de madera, todos al unísono trotando en busca del nazareno, quien peregrina con los 12 apóstoles en sentido contrario al tumulto, vestido con piel de oveja y  siempre será un infante de escasos 7 años, por conservar la pureza, inocencia y santidad a ejemplo de Cristo.

Una vez que lo localizan, se mofan de su víctima, lo atan y lo pasean por el pueblo como escarnio, vociferando insultos contra El.

Después de 4 horas de aquel peregrinar multitudinario de unos 600 hombres, bien coordinados por los jueces tradicionales,  concluyen en el templo, que está pletórico de mujeres, quienes, a su vez; toda la mañana han mantenido encendido el lucernario en la casa de Dios, con abundante  humareda en cacharros de arcilla e incienso con generosidad.

Estos días Santos todos los pueblos circunvecinos están muertos, nadie se atreve a mover un vehículo, nadie abre un sólo negocio, nadie come, todo es alabanza y gloria a Dios, todo mundo está de luto y en oración.                                      

Hoy Dios me ha invitado a compartir la verdadera fe  con los más pobres de entre los pobres y me confieso incrédulo y pecador, al reconocer la pureza de este  modo de alabar a Dios, con fe viva,  sin el  clericalismo nuestro ni los ritualismos  trasnochados;  pero sobre todas las cosas, se constata que la unión comunitaria, está a flor de piel, la organización y la fraternidad es ancestral, se puede percibir el gozo en sus rostros bajo el tizne, con la firme convicción de que la divinidad está presente en su cotidianidad.                              

Me convenzo que el  Rey de la gloria, hoy sigue más vivo y resucitado entre los pobrecitos y desarrapados, a pesar del hambre y el abandono de las instituciones y los gobiernos.

 ¡Todo honor y gloria a ti mi Señor Jesús Resucitado!