Desempleo, avalancha creciente en México

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Desempleo, avalancha creciente en México
Desempleo, avalancha creciente en México
Autor: Óscar Tapia Campos / Noventa Grados | Fecha: 1 de Mayo de 2019 a las 12:27:00

Morelia, Michoacán, a 1° de Mayo de 2019.- Hoy que el desempleo es una avalancha creciente que lacera al pueblo trabajador mexicano, cobra singular importancia la celebración del PRIMERO DE MAYO, porque nos refresca la memoria acerca de aquella lucha obrera de 1886 en Chicago, donde 200 mil trabajadores sostuvieron con la sangre y la vida de muchos de ellos una huelga liberadora que dejó como legado la jornada de 8 horas y mejores condiciones laborales.

En los anales de la historia vamos a encontrar que años después, en nuestro país, los hermanos Flores Magón establecieron las bases de la lucha obrera mexicana, al enfrentar con las armas de la razón la tiranía del gobierno de Porfirio Díaz y los patrones porfiristas. En ese sentido, los consanguíneos Enrique y Ricardo impulsaron logros significativos, porque su ideario permeó en la mente y el ánimo de pueblo trabajador mexicano, incidiendo también en jornadas de 8 horas y el establecimiento del salario mínimo.

Pero hoy, a 133 años de aquella masacre de trabajadores en Chicago, ciertamente hay mucho que festejar en cuanto a derechos laborales, pero también bastante que subrayar con respecto a retrocesos en esos ámbitos, porque los embates contra el pueblo trabajador mexicano no cesan, antes bien se recrudecen desde diferentes flancos de la iniciativa privada y, lo peor, desde la oficialidad.

Porque es innegable que millones de trabajadores de este país son explotados sin que haya autoridad que escuche sus demandas, que atienda sus reclamos, que quiera hacer valer la ley para defenderlos, para que cuenten con las prestaciones establecidas, reciban salarios dignos y acordes con la carestía que nos ahoga.

Los contratos leoninos están a la orden del día, sin que autoridad alguna los revise, los sancione, los prohíba, y antes bien los impulse, los cobije y los defienda con ese su hacerse de la vista gorda, con su no querer darse cuenta. 

Contratos tramposos establecidos para exprimirle hasta la última gota de sudor al trabajador, para evitar que éste tenga antigüedad laboral, para que sea despedido injustamente sin consecuencias para el empleador, para que permanezca en estado de indefensión.

Afortunadamente abundan las agrupaciones sindicales en este país, organizaciones que luchan día a día en favor de lo justo para el obrero, de lo adecuado para el trabajador, de lo equilibrado para las dos partes, que es decir para empleado y empleador. Agrupaciones que establecen que el trabajo intenso y eficaz es un compromiso inalienable que debe cumplirse día a día y que a cambio deben respetarse los derechos laborales consagrados por nuestra Carta Magna.

Porque abunda el trabajador que tiene muy claro que es una obligación sin ataduras defender su fuente de empleo, por eso diariamente sale con la intención de servir, aportar, trabajar intensa y honestamente, para que la empresa se fortalezca, cumpla con sus cometidos y beneficie a la población. Eso nunca lo pone en tela de juicio, jamás en duda, y nunca lo estará porque para él cumplir es una bandera que enarbola permanentemente con orgullo y satisfacción.

El agradecimiento para con la empresa también es permanente, porque se ha podido desarrollar en condiciones adecuadas para las dos partes, porque cuenta con las prestaciones que la ley establece, porque en términos generales no tiene mucho que reprochar y justo es subrayarlo aquí y reconocerlo.

Mas su gratitud la ha manifestado con hechos, con responsabilidades cumplidas, con respeto y equilibrio.

Sus demandas han sido, son y serán en favor de las partes, porque también levantar la voz y mantener el puño en alto en defensa de los derechos de unos y de otros es abonar en favor de la buena empresa, del buen servicio, de la buena entrega para el consumidor, que es a quien unos y otros, empleador y empleado nos debemos.

Su lucha es permanente pero equilibrada, porque apunta hacia la consolidación, la profesionalización y la calidad como oferta real. Pero también hacia la defensa de la fuente de trabajo, hacia un No a la privatización, hacia un NO a quienes quieren despojarnos como empresa, trabajadores y como ciudadanía, un NO para quienes afilan sus colmillos y uñas en contra también del consumidor.

El ejemplo de los Mártires de Chicago, de los Flores Magón y de toda empresa sana y de todo trabajador comprometido influirán siempre en su visión, en su compromiso laboral, en su entrega diaria. Porque admitimos que no hay mejor manera de luchar y merecer que con trabajo eficiente y entrega laboral sin resabios y sin dobleces.

Hoy, ciertamente, en algunas empresas y agrupaciones obreras existe una mejor relación con las autoridades actuales, porque éstas provienen de la lucha sindical, por ello tienen otra sensibilidad, por lo mismo comprenden sin cuarteaduras que un trabajador satisfecho es un mejor trabajador, que un obrero contento es un obrero que defiende a su empleador.

Por ello no debe haber empacho por declarar abiertamente en este Primero de Mayo que mientras las condiciones laborales sean políticamente correctas y legalmente incuestionables caminarán codo a codo con la autoridad, codo a codo con la empresa, codo a codo con el trabajador.

Lo justo y lo legal son el binomio que más le conviene a la empresa, a empleados y empleadores, a la autoridad, porque lo justo y lo legal reditúa utilidades de diferente tipo, garantías para todos, éxito y bienestar comunes.

Lo justo y lo legal, señores y señoras, debe imperar en nuestra sociedad, en nuestro país, en nuestra realidad. 

Enhorabuena para todos, bienvenidos así los primeros de mayo, bienvenido el hoy y el aquí señoras y señores, bienvenidos y muchas gracias para todos. Así sea.

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