Ciudad de México, a 6 de octubre 2025.- Un grupo de estudiantes mexicanas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrolló un vehículo robótico explorador (rover), con redes neuronales y visión artificial y que es capaz de identificar riesgos geológicos, condiciones extremas y la presencia de gases tóxicos en minas, a fin de desarrollar medidas de seguridad adecuadas para trabajadores.
A través de un comunicado, la institución educativa explicó que las desarrolladoras adaptaron una Raspberry Pi 5 (microcomputadora de placa única de alto rendimiento), dos sensores para monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno, una lámpara y una cámara de profundidad a un vehículo de exploración comercial.
Asimismo, en la nota se mencionó que con una cámara de profundidad, el rover captura imágenes RGB incluso en condiciones de total oscuridad, las cuales constituyen la base del sistema Visual SLAM (V-SLAM), empleado para el mapeo y la localización simultánea, cuyo procesamiento se realiza posteriormente fuera de línea.
Las estudiantes Carolina Gallo, Yesenia Cruz y Lesly Salazar, matriculadas en la facultad de Ingeniería en Telemática de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (Upiita), diseñaron un sistema web que “permite almacenar y visualizar la información recolectada por el robot mediante mapas tridimensionales, localización geoespacial, hora de exploración y gráficas con las mediciones de gases”.
“El mapa del robot sólo presenta puntos y cuadros, pero cuando se procesa en la estación base, arroja un modelo detallado de las condiciones de la mina, como fracturas, zonas con derrumbes, piedras e inundaciones”, detalló Salazar.
Cabe señalar que como parte del desarrollo del prototipo, las jóvenes y sus asesores, Rodolfo Vera Amaro, de la Upiita, y Verónica Lozano Vázquez, de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime), visitaron una mina en el estado de Durango, norte de México.
“Dentro de la mina, a unos 30 kilómetros de profundidad, no existe ninguna señal; se pierde por completo el GPS. Por eso, el rover debía ser completamente autónomo y operar sin conexión a internet”, explicó Gallo.