Las dos caras de la inseguridad en Michoacán: en 2025 bajan los homicidios, pero suben las desapariciones y el secuestro; Morelia, Uruapan y Zamora concentran incidencia 

Las dos caras de la inseguridad en Michoacán: en 2025 bajan los homicidios, pero suben las desapariciones y el secuestro; Morelia, Uruapan y Zamora concentran incidencia 
Autor: Redacción / Noventa Grados | Fecha: 20 de Noviembre de 2025 a las 20:14:03

Morelia, Mich., a 20 de noviembre de 2025.- Mientras el gobierno estatal presume una reducción en homicidios dolosos y feminicidios, Michoacán enfrenta un incremento simultáneo en desapariciones y secuestros, delitos que evidencian una violencia más silenciosa, pero no menos grave.

De acuerdo con cifras oficiales, entre enero y agosto de 2025 se registraron 931 víctimas de homicidio doloso y feminicidio, lo que representa una disminución del 15% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, esta aparente mejora contrasta con el aumento de delitos que privan de la libertad a las personas.

En los primeros diez meses del año, Michoacán contabilizó 769 desapariciones, un incremento del 14.69% en comparación con las 694 reportadas entre enero y octubre de 2024. 

Municipios como Morelia (139 casos), Uruapan (43) y Zamora (42) encabezan la lista de demarcaciones con mayor incidencia. El fenómeno ha colocado al estado en el sexto lugar nacional en número de personas desaparecidas y no localizadas.

Al mismo tiempo, autoridades del estado confirmaron que el delito de secuestro aumentó un 57.9% durante los primeros ocho meses de 2025: se registraron 30 casos, contra 19 del año previo. Aunque la autoridad atribuyó el alza a un incremento de denuncias tras reformas penales, otra opinión es que este tipo de variaciones suelen acompañar periodos de reacomodo criminal.

El crecimiento de desapariciones y secuestros ocurre en un contexto marcado por relevantes asesinatos de alto impacto, como los de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan; y Bernardo Bravo Manríquez, líder citrícola en el Valle de Apatzingán.

Pese al incremento en desapariciones, el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, presentado recientemente por la administración federal, no contempla acciones específicas para atender la crisis de personas no localizadas, situación que deja un vacío crítico en la estrategia de seguridad.

La combinación de indicadores —menos homicidios, pero más desapariciones y secuestros— apunta a un escenario donde la violencia no necesariamente disminuye, sino que cambia de forma. Para familiares de víctimas, la reducción en asesinatos no compensa el aumento de los delitos que borran a las personas sin dejar rastro.

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