Cuitzeo, Mich., a 24 de noviembre de 2025.— Una nueva toma clandestina detectada en el ducto Salamanca–Morelia volvió a detonar las alarmas en la Fiscalía General de la República, que abrió otra carpeta de investigación por sustracción ilegal de hidrocarburos, la quinta en apenas dos meses. El hallazgo ocurrió en la comunidad de La Palma, donde personal de Salvaguarda Estratégica de Pemex localizó una instalación hermética, con niples soldados y válvulas de cierre rápido, el tipo de montaje que exige equipo técnico, precisión profesional y la operación coordinada de una red criminal.
Para la FGR esta toma no es un caso aislado, sino la pieza más reciente de un rompecabezas que se repite con inquietante exactitud a lo largo del territorio de Cuitzeo. En septiembre se halló una perforación clandestina en el ejido Los Cerritos y, tres días después, dos más colocadas casi una junto a la otra en la misma ruta del ducto. En noviembre apareció otra toma en el kilómetro 75+700 y, ahora, el descubrimiento del 24 de noviembre reveló que la actividad ilícita no solo persiste, sino que se expande hacia nuevas zonas del municipio. La secuencia de reportes federales dibuja un corredor huachicolero activo, constante y técnicamente sofisticado.
El panorama se agrava con la detención de Brayan “S”, ocurrida el 28 de octubre en la carretera Cuitzeo–Huandacareo, donde policías municipales lo encontraron armado y transportando cuatro contenedores de mil litros de gasolina cada uno. La enorme capacidad del cargamento y el modo en que estaba distribuido refuerzan la hipótesis de una operación estructurada, con logística, rutas y almacenes definidos. Para la calle es evidencia del negocio del siglo; para la FGR, una prueba más del entramado criminal que se mueve en la región.
Con tantos hallazgos concentrados en un solo municipio, las sospechas han escalado de inmediato. Cinco perforaciones en dos meses y un detenido transportando miles de litros no responden a delincuentes improvisados, sino a una estructura que opera a plena luz, con recursos, movilidad y, según voces extraoficiales, con algún nivel de permisividad institucional que facilita su continuidad. Los elementos técnicos de las tomas clandestinas —soldaduras, válvulas industriales, precisión quirúrgica— sugieren la participación de personal capacitado y no de simples delincuentes al azar.
La acumulación de carpetas abre la posibilidad de que las investigaciones escalen hacia presuntas omisiones, encubrimientos o incluso participación de actores locales, un escenario que podría sacudir la vida pública del municipio.








