Morelia, Michoacán., a 24 de febrero del 2020.- Este 24 de febrero se cumplieron siete años del nacimiento de las “autodefensas” en Michoacán, primero en Buenavista y Tepalcatepec, luego en toda la Tierra Caliente y la Costa, fueron cientos de hombres los que cansados de los secuestros, “levantones”, cobro de piso, homicidios, perpetrados por el grupo delincuencial de los “Caballeros Templarios”, se armaron y se alzaron en contra del flagelo que significaba toda esa situación.
Nombres como el de Hipólito Mora, Estanislao Beltrán, “Papá Pitufo”, el de José Manuel Mireles Valverde comenzaron a pronunciarse todos los días en medios de comunicación, eran las caras visibles del movimiento de lucha en contra de la delincuencia organizada que tenía asolada la región.
Fue más de un año el que a sangre y fuego, los distintos grupos de “autodefensa” lucharon palmo a palmo por quitar de sus territorios a los delincuentes, a los que les cobraban piso, a los que los secuestraban, “levantaban” y asesinaban, además de extorsionarlos.
Mientras esta lucha se desarrollaba en prácticamente todo el territorio michoacano, llegó a la entidad el Comisionado para la Paz y el Desarrollo de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, enviado por el propio presidente de la república Enrique Peña Nieto, para “pacificar” la entidad.
Desde un principio se criticó y se puso en tela de juicio el actuar de Castillo Cervantes, se le acusaba de un sinnúmero de irregularidades, junto con él llegaron a la entidad funcionarios que fueron colocados “estratégicamente” en puestos de primer nivel, la otrora Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública.
Con la llegada de Alfredo Castillo al estado de Michoacán, se libró otra guerra, ahora era en contra de funcionarios “presuntamente” coludidos con la delincuencia organizada, fue entonces que se gestó el denominado “Michoacanazo”, una decena de presidentes municipales y funcionarios, hasta jueces fueron detenidos, hoy casi todos están en libertad.
Fue el 10 de mayo de 2014, poco más de un año después de su creación, que prácticamente por decreto, se disolvieron las “autodefensas” y nació la Fuerza Rural, esto no fue otra cosa que entregar armas “legalmente” a quien quisiera formar parte de estos grupos.
Innumerables fueron la voces que se alzaron diciendo que decenas de “delincuentes” formaban parte de la Fuerza Rural, ante todo esto las autoridades hicieron mutis, fue antes de su partida del estado que Castillo Cervantes coadyuvó al golpe más fuerte contra los “Caballeros Templarios”, Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta” fue detenido en Morelia.
Ahora a siete años los que fueron los líderes del movimiento son considerados “Ídolos de Plástico”, prácticamente todos se encuentran desaparecidos, no se sabe nada de ellos, salvo de José Manuel Mireles Valverde, quien es el “flamante” subdelegado del ISSSTE en Michoacán, el cual en últimas fechas se ha distinguido por sus tropiezos, desaciertos y desavenencias que por otra cosa.
Hoy la delincuencia se ha vuelto a apoderar del estado de Michoacán, y las cosas parecen estar peor que hace siete años.