Oaxaca, 28 de diciembre de 2025.— Lo que fue presentado como símbolo de desarrollo, modernidad y seguridad terminó convertido en una escena de caos, gritos y rescate de emergencia. El Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, una de las megaobras emblemáticas del expresidente Andrés Manuel López Obrador, descarriló la mañana de este domingo, dejando al menos 20 personas heridas, varias de ellas tras caer a un talud de seis metros de altura.
La cifra de lesionados fue actualizada por la Secretaría de Marina (Semar), dependencia responsable de la operación del tren, luego de que inicialmente el gobierno de Oaxaca reportara 15 personas afectadas. Conforme avanzaron las labores de rescate, el saldo aumentó, evidenciando la magnitud real del accidente.
De acuerdo con los primeros informes oficiales, los pasajeros fueron trasladados de urgencia a distintos hospitales de la región, mientras equipos de emergencia descendían por el barranco para auxiliar a quienes quedaron atrapados tras el descarrilamiento.
Del proyecto estrella al accidente
El Tren Interoceánico fue promovido durante el sexenio de AMLO como una alternativa logística al Canal de Panamá y como motor de desarrollo para el sureste del país. Sin embargo, el accidente de este domingo reaviva los cuestionamientos sobre la seguridad, el mantenimiento y la prisa con la que fue puesto en operación.
Aunque hasta el momento no se han reportado fallecidos, el hecho de que pasajeros hayan sido proyectados fuera del convoy encendió las alarmas sobre las condiciones reales del servicio.
Reacciones oficiales y silencio técnico
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, aseguró que su administración mantiene acompañamiento a las personas lesionadas y a sus familias, mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum informó, a través de redes sociales, que se mantiene atenta a la atención de los afectados.
No obstante, no se ha informado públicamente la causa del descarrilamiento, ni si el tramo cuenta con fallas estructurales previas o reportes de riesgo.
FGR entra al caso
Ante la gravedad del hecho, la Fiscalía General de la República (FGR) abrió una carpeta de investigación para determinar responsabilidades. Las indagatorias buscarán esclarecer si el accidente fue provocado por fallas mecánicas, deficiencias en la vía férrea, error humano, o negligencia en la supervisión y operación.
Una obra bajo la lupa
El descarrilamiento ocurre cuando el proyecto aún se encuentra en etapa de consolidación, lo que podría impactar su credibilidad y confianza pública. Para los usuarios afectados, el discurso del desarrollo quedó sepultado bajo los rieles torcidos y el saldo de heridos.








