Morelia, Mich., 26 de noviembre de 2025.- Michoacán cumplió este miércoles su tercer día consecutivo de cierres vehiculares, con nueve bloqueos activos realizados por grupos de campesinos y transportistas, quienes mantienen cerrados tramos estratégicos de la Autopista 15D y diversas carreteras federales de la región Ciénega. El estado vive una de sus jornadas más críticas en materia de movilidad, con un conflicto que crece ante la ausencia de acuerdos y el aumento de tensiones políticas.
Tercer día de cierres totales en la Autopista 15D
La Autopista Maravatío–Zapotlanejo permanece convertida en el núcleo de las protestas, con seis bloqueos simultáneos que paralizan por completo la circulación. En el kilómetro 202, a la altura de la caseta de Zinapécuaro, el cierre total ha generado filas de hasta 13 kilómetros en dirección a Zapotlanejo y 5 kilómetros hacia Maravatío.
En el kilómetro 307, cerca de la caseta de Panindícuaro, las retenciones alcanzan 5 kilómetros hacia Zapotlanejo y 1 kilómetro al sentido contrario. Un escenario similar se presenta en el kilómetro 360, en la zona de Ecuandureo, donde la interrupción total ha provocado retenciones de 5 kilómetros.
En Vista Hermosa, a la altura del kilómetro 390, el bloqueo se mantiene aunque sin filas prolongadas. Hacia el kilómetro 402, en el entronque La Barca, el cierre ha provocado filas de hasta 6 kilómetros en dirección a Maravatío, mientras que en el kilómetro 426, cerca de Ocotlán, se reportan retenciones de alrededor de 3 kilómetros.
Ciénega: tres bloqueos adicionales profundizan el colapso regional
La región Ciénega no ha quedado exenta del conflicto. En la carretera 110, en el ramal La Barca–Jiquilpan, específicamente en el entronque con Sahuayo en el kilómetro 28, se mantiene un cierre total que afecta directamente la conexión entre municipios agrícolas y comerciales.
Además, los tramos Vista Hermosa–Tanhuato y Vista Hermosa–Ixtlán presentan interrupciones del flujo vehicular que complican la movilidad local, dificultando el tránsito de productores, comerciantes y transporte de carga. También se han reportado cierres intermitentes en las carreteras Sahuayo–La Barca y Villamar–Jiquilpan, lo que ha terminado por fragmentar la circulación en todo el corredor Ciénega.
Aunque los bloqueos no se han extendido a Morelia, Zamora, Uruapan u otras regiones del estado, el cierre de rutas troncales está generando un efecto dominó que obliga a largos desvíos y retrasos que en algunos casos superan las dos horas.
Demandas de fondo: precios justos, seguridad y abandono institucional
Detrás de los bloqueos se encuentra un conjunto de reclamos acumulados por años. Los campesinos han insistido en que la falta de precios justos para productos como el maíz mantiene a miles de familias al borde del colapso económico. A esto se suma el incremento constante de los costos de insumos, la escasez de agua de riego, el deterioro de caminos rurales y lo que describen como un abandono institucional en programas de apoyo al campo.
En el caso de los transportistas, la demanda central gira en torno a la inseguridad carretera, donde los robos, extorsiones y agresiones han convertido la labor de transporte en una actividad de alto riesgo. También exigen mayor eficiencia en trámites, regularización y condiciones operativas más justas. Ambos sectores coinciden en que han sido ignorados por años y que la unión de sus movimientos es una estrategia necesaria para ser escuchados.
Tensión política aumenta: señalamientos y estancamiento
El conflicto ha escalado también en el plano político. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla declaró que algunos presidentes municipales podrían estar involucrados en la organización de los bloqueos, señalamiento que elevó la tensión entre autoridades y líderes campesinos. Mientras el gobernador llamó a “no politizar” la protesta, los manifestantes respondieron que sus movilizaciones son legítimas y que cualquier intento de desacreditar el movimiento es una distracción frente al abandono del campo y la inseguridad carretera.
Por su parte, funcionarios federales han expresado que el diálogo solo podrá avanzar si se levantan los bloqueos, condición que los grupos inconformes han rechazado. Esta falta de acuerdo mantiene el conflicto estancado y anticipa que las afectaciones podrían extenderse aún más.
Aunque los bloqueos se replican en al menos una docena de estados con más de 40 cierres registrados a nivel nacional, Michoacán concentra algunos de los puntos más sensibles por su posición estratégica en el corredor Bajío–Occidente. Autoridades federales y estatales han advertido que, de prolongarse la situación, podría registrarse impacto en el abasto regional, cadenas de suministro y transporte de mercancías.








