Apatzingán, Mich., a 21 de octubre de 2025.- Han pasado más de dos años de desde que el activista Julio Acosta fue baleado mientras realizaba una transmisión en vivo en el municipio de Apatzingán, en la Tierra Caliente de Michoacán; el ataque –sostiene– fue obra del exalcalde José Luis Cruz Lucatero, ahora diputado federal por Morena, y de su coordinador de la Policía Jesús Rangel alias “El Lobo”, un personaje siniestro con un negro historial pese al cual sigue operando hoy en día en el gobierno de la alcaldesa Fanny Arreola, con absoluta impunidad y protección institucional.
El ataque sucedió el martes 4 de julio de 2023, una fecha que conjugó varios factores que derivaron en el atentado que casi le cuesta la vida al activista. Acosta, quien ha sido una de las mayores voces contra la corrupción y el crimen organizado en Apatzingán, dirigía entonces la página de Facebook Resistencia Civil Apatzingán, que llegó a tener hasta 150 mil seguidores antes de que se la quitaran por una ola de falsas denuncias en su contra en esa plataforma.
Días antes el atentado, el activista había confrontado directamente al alcalde José Luis Cruz Lucatero exigiendo la destitución de Jesús “Chucho” Rangel, o “El Lobo”, a quien venía exhibiendo por una serie de “levantones” y siembra de delitos, que llegaron a su punto máximo cuando Acosta evidenció que las patrullas municipales eran usadas por miembros de los Caballeros Templarios.
Acosta ya era mal visto por la administración local y a finales de junio de 2023 denunció que varias camionetas habían estado rondando su domicilio con la intención de privarlo de la libertad.
Las amenazas se fueron acrecentando hasta que el 4 de julio, coincidiendo con la visita del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, Acosta fue atacado a balazos mientras realizaba en la calle sus conocidas denuncias transmitidas en vivo, previo a una manifestación contra Cruz Lucatero y Jesús Rangel.
Por un lado el Gobernador comía tacos y lo presumía en las redes, en otro punto de la ciudad Acosta se desangraba con un balazo en la cara.
A pesar de estar a punto de morir, Acosta pudo denunciar ante la cámara al alcalde José Luis Cruz Lucatero y a Chucho Rangel como los autores intelectuales del atentado en su contra. Luego fue llevado a un hospital donde de milagro le salvaron la vida.
En el gobierno de Cruz Lucatero el cartel de Los Caballeros Templarios se fortaleció, mientras que la Policía Municipal a cargo de Chucho Rangel se llenaba de denuncias por abusos contra la población, desaparición de personas, fabricación de delitos y vínculos con la delincuencia.
La ruptura del pacto criminal entre Los Viagras y Los Templarios, así como la incursión del Cártel Jalisco Nueva Generación al municipio, pusieron en aprietos al “Lobo” Rangel, quien desde diciembre de 2022 y meses después fue víctima de varios atentados, en uno de los cuales resultó herido; en otro le quemaron una camioneta blindada que presuntamente le regaló un líder de la delincuencia.
Posteriormente, en mantas se le acusó de estar vinculado con el crimen organizado y de ser el encargado del cobro de cuotas en el municipio; acumulándose además las denuncias en su contra por la desaparición de varias personas.
Aunque desde finales de 2023 Rangel fue alejado del foco de la opinión pública, sigue operando de manera discreta hasta la fecha, inclusive ya en el mandato de la nueva alcaldesa Fanny Arreola, también de Morena.
A decir de Julio Acosta, Chucho Rangel cuenta con escolta y disfruta de lujos e impunidad, siendo la mano negra que mece la cuna de la in-seguridad en el municipio de Apatzingán, mientras él ha tenido que autoexiliarse sin recibir ningún tipo de apoyo de gubernamental, a pesar de que a diario son amenazados él y sus familiares.
Sin embargo, Acosta no se ha rendido, y a través de las redes sociales –el único medio de denuncia que le queda a los ciudadanos ante la omisión de las autoridades– sigue exhibiendo la podredumbre que padece Apatzingán.