Ciudad de México, a 25 de diciembre de 2025.— En plena cacería judicial, con una orden de aprehensión vigente y señalado por la Fiscalía General de la República (FGR) como presunto integrante de una red de delincuencia organizada, Raúl Rocha Cantú, empresario y dueño de Miss Universo, decidió reaparecer este 25 de diciembre… no ante un juez, sino con un mensaje navideño cargado de espiritualidad y buenos deseos.
“La Navidad es una armonía suave de memoria, presencia y esperanza…”, escribió Rocha en un texto difundido a través de redes sociales vinculadas a la organización Miss Universo, en el que habló de paz, amor, bendiciones y fe, sin hacer una sola mención a las graves acusaciones que pesan en su contra ni a su actual estatus legal.
El mensaje, publicado mientras autoridades federales mantienen activa su búsqueda, fue interpretado por amplios sectores como una provocación, una estrategia de control de imagen o incluso una muestra de desafiante tranquilidad frente a un proceso penal que podría llevarlo a prisión por décadas.
Un saludo navideño bajo la sombra del crimen organizado
La reaparición pública de Rocha ocurre después de que un tribunal federal revocara el amparo que lo protegía contra la detención, asimismo, la FGR le retiró el estatus de testigo colaborador, al considerar que incumplió acuerdos.
Por su parte, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda congeló cuentas bancarias presuntamente vinculadas a operaciones con recursos de procedencia ilícita.
De acuerdo con la Fiscalía, Rocha es investigado por delincuencia organizada, tráfico de armas, narcotráfico, huachicol y lavado de dinero, delitos que —de confirmarse— contrastan brutalmente con la imagen de glamour, pasarelas y concursos de belleza que durante años lo rodearon.
De los reflectores al prófugo
Mientras jueces y fiscales afinan expedientes, Rocha ha sido ubicado fuera del país en distintas ocasiones, lo que ha alimentado la percepción de que evade a la justicia mientras mantiene presencia pública selectiva, cuidadosamente curada, como ocurrió con este mensaje navideño. No hubo disculpas. No hubo explicaciones.
No hubo referencia alguna a las víctimas de la violencia que la FGR atribuye a la red criminal que presuntamente integró. Solo palabras suaves. Paz. Esperanza. Dios.
Indignación y sospechas
En redes sociales, la reacción fue inmediata. Usuarios calificaron el mensaje como “cínico”, “insultante” y “una burla a la justicia”; Otros lo vieron como una señal de que Rocha se siente intocable, incluso acorralado legalmente.
Luego de ser visto comiendo de lujo París, el mensaje confirma una narrativa incómoda: mientras el Estado lo busca, él predica calma desde la distancia.
Por ahora, Raúl Rocha sigue sin comparecer ante un juez mexicano. La FGR insiste en que la orden de aprehensión está vigente.








