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MensajearAcapulco, Guerrero, 18 de febrero de 2024.- Un clamor por la paz se alza en Guerrero, resonando desde las voces de los obispos de la provincia eclesiástica de Acapulco hasta el corazón del pueblo, agobiado por la ola de violencia que azota al estado.
En un comunicado contundente, los obispos, encabezados por el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, se niegan a permanecer en silencio ante el dolor y el sufrimiento de la población. Con palabras firmes, se convierten en la voz de los oprimidos, de los perseguidos y de los humillados, exigiendo un alto a la violencia y un ambiente libre de intimidación.
"El grito ensordecedor de las personas y familias que han sido víctimas de múltiples formas de violencia tiene que ser escuchado por todos aquellos que deben asegurar la legalidad en nuestro estado y país", reza el comunicado.
Los obispos no solo imploran por la paz, sino que también señalan a los responsables: aquellos que han hecho del crimen un estilo de vida, aquellos que atentan contra la vida, la libertad y la dignidad de las personas. A ellos, les exigen un cambio radical: "Cesen en sus abusos en contra de las personas, de las familias, de los pueblos y ciudades".
Las palabras de los obispos también resuenan en los oídos de los gobernantes, a quienes instan a tomar medidas contundentes para garantizar la seguridad y el bienestar de la población. "Eviten ser rebasados por aquellos que intentar apoderarse del ánimo, de la vida económica y del futuro de los municipios", advierten.
El comunicado no solo se dirige a los criminales y a los gobernantes, sino también a la sociedad en general. Los obispos hacen un llamado a las familias para que fomenten la paz en sus hogares y para que eviten alimentar la cultura de la muerte.
El comunicado de los obispos es un paso importante en la búsqueda de la paz en Guerrero. Es un llamado a la acción, a la responsabilidad y a la unidad. Es un grito que resuena en el corazón del pueblo, un pueblo que anhela un futuro libre de violencia y lleno de esperanza.
Las acciones de los obispos:
- Reuniones con jefes del crimen organizado para buscar una tregua.
- Diálogo continuo con los líderes criminales para encontrar soluciones a la violencia.
- Llamado a la población a unirse a la lucha por la paz.
La respuesta del pueblo:
- Manifestaciones y protestas en contra de la violencia.
- Exigencias a los gobiernos para que tomen medidas contundentes.
- Apoyo a las iniciativas de los obispos por la paz.
El futuro de la paz en Guerrero:
- Incierto, pero con un camino trazado por los obispos y el pueblo.
- La esperanza de un futuro mejor se mantiene viva.
- La lucha por la paz continúa.
