Coahuayana, Mich., a 6 de diciembre de 2025.- Una ofensiva que las autoridades ya investigan como acto terrorista sacudió al municipio de Coahuayana, donde la explosión de un artefacto con material altamente destructivo —atribuido al crimen organizado— estremeció el corazón de la cabecera municipal y dejó en vilo a la población. La detonación, dirigida contra policías comunales en la zona Centro, detonó también la maquinaria federal de seguridad: la Fiscalía General de la República no tardó ni horas en activar el protocolo más severo disponible en su arsenal legal.
La nueva fiscal Ernestina Godoy no titubeó: la FGR abrió carpeta por Terrorismo, una calificación que no aparece todos los días en los comunicados oficiales y que revela la magnitud del golpe. El mensaje es claro: lo ocurrido en Coahuayana no fue un ataque más… fue un aviso violento, calculado, contundente.
El Estado contraataca
Ante el estruendo, la maquinaria federal respondió con un movimiento quirúrgico y masivo. La investigación no quedó en manos de una sola oficina: participan la Oficina Especializada en Combate al Crimen Organizado (FECOR), la Fiscalía de Delincuencia Organizada (FEMDO) y la Unidad de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas, reforzadas por expertos del Centro Federal Pericial Forense.
A pie, por aire y con inteligencia especializada, el Gobierno Federal, la Marina, el Ejército, la Guardia Nacional y corporaciones estatales han cerrado filas bajo el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, convertido de golpe en línea frontal de la guerra contra el terror.








