Ensenada, B.C., a 20 de diciembre de 2025.— El Ayuntamiento de Ensenada se ve envuelto en un escándalo mayúsculo luego de que Gabriel Lima Melgar, director de Comunicación Social, renunciara abruptamente a su cargo tras ser señalado por intentar sobornar con dinero en efectivo a la codirectora del Semanario ZETA, Adela Navarro Bello, en un episodio que pone en entredicho la relación del gobierno municipal con la prensa y la transparencia del poder.
El intento de soborno ocurrió el lunes 15 de diciembre, directamente en las oficinas de ZETA. De acuerdo con la denuncia pública, Lima Melgar habría ofrecido efectivo, asegurando que lo hacía “de parte de la alcaldesa Claudia Agatón Muñiz”, un señalamiento que encendió las alarmas y detonó una crisis política inmediata.
Renuncia contra reloj y carpeta abierta
La presión fue tal que el viernes 19 de diciembre, Lima Melgar presentó su renuncia. De forma paralela, la Sindicatura Municipal abrió una carpeta de investigación para determinar la presunta falta administrativa cometida por el ahora exfuncionario, tras la publicación de la columna “Billetes”, en la sección Dichoz y Hechoz.
El síndico procurador, Ely Oviedo Díaz, confirmó que Lima fue notificado en su oficina del cuarto piso del Palacio Municipal y deberá comparecer el próximo lunes, momento clave para definir si el caso escala y si existen otros servidores públicos involucrados.
El gran silencio: ¿De dónde salió el dinero?
Aunque el gobierno municipal se apresuró a deslindarse, el comunicado oficial omitió un punto crucial: no se informó sobre una investigación para esclarecer el origen del dinero en efectivoque Lima llevó personalmente a ZETA.
Hasta ahora, ni la alcaldesa ni su administración han explicado si se indaga la procedencia de esos recursos, un vacío que levanta sospechas sobre el uso de dinero de origen no aclarado dentro de la estructura municipal.
Alcaldesa se deslinda… pero sin detalles
En un posicionamiento público, la presidenta municipal Claudia Agatón Muñiz aseguró que nunca instruyó, autorizó ni tuvo conocimiento previo de la entrega de dinero a medio alguno y dijo lamentar la situación.
Afirmó haber hablado directamente con Adela Navarro Bello, reiterando su respeto a la labor periodística y prometiendo que los hechos serán investigados “a fondo”. Sin embargo, no precisó alcances, responsables ni líneas claras de investigación, y tampoco aclaró si se revisará el origen del efectivo que detonó el escándalo.
Una crisis que apenas comienza
Mientras la Sindicatura avanza con una investigación administrativa y el exdirector de Comunicación Social se prepara para comparecer, la credibilidad del gobierno de Ensenada queda bajo la lupa.
Por ahora, los billetes ya hicieron ruido, la renuncia ya ocurrió, y la investigación apenas comienza. En Ensenada, el escándalo está lejos de cerrarse.








