Morelia, Mich., a 31 de julio de 2025.- Las alarmas de los cuerpos de seguridad en Michoacán se encendieron la mañana del jueves por el robo de una camioneta. Sin embargo, este no era un atraco como las decenas qué ocurren a diario en la entidad, pues la víctima era la presidenta del Congreso del estado, demostrando que el crimen no tiene barreras a la hora de actuar con violencia contra quien se les ponga enfrente.
El robo de vehículos es una amenaza que pasa desapercibida ante la maraña de crímenes tan atroces que ocurren cada día en Michoacán, siendo los homicidios y balacearas los delitos que se llevan la atención en su mayoría.
Sin embargo, este jueves fue la excepción, pues un violento atraco movilizó a decenas de policías a la búsqueda de una camioneta GMC negra, propiedad de la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Giulianna Bugarini.
La unidad fue robada a un escolta en una colonia de la capital michoacana, cerca de la avenida Camelinas. Un video muestra a dos sujetos amagando al guardaespaldas de la funcionaria, quien abrió fuego una vez que los delincuentes se marchaban en la unidad.
La fuerte presión de las autoridades hizo a los delincuentes abandonar la camioneta en una carretera del municipio de Charo.
El dirigente del PRI en Michoacán, Guillermo Valencia, dijo que en Morelia también solo el miércoles se registraron 5 robos de vehículos; en municipios como Uruapan, este delito es constatar y los delincuentes suelen actuar con violencia, sin tener miedo a matar a sus víctimas si se resisten.
Este mismo mes, en una de las salidas de Morelia, un comando armado interceptó y asaltó al periodista José Maldonado, director de Noventa Grados, despojando de su vehículo particular.
Las carreteras de Michoacán se han vuelto un foco rojo de la delincuencia, siendo los transportistas otro gran grupo víctima de bandas organizadas que asoldan los caminos.
Estos grupos han articulado complejos esquemas por los que en pocos minutos interceptan camiones y tráileres, secuestran a sus choferes, descargan la mercancía y abandonan los automotores.
Aunque algunos choferes son liberados, otros no corren con la misma suerte, siendo son asesinados o desaparecidos.