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MensajearApatzingán, Mich., a 19 de mayo del 2020.- El obispo de la Diócesis de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, expuso una vez más la situación de inseguridad y violencia que se vive en la Arquidiócesis que él dirige, la cual se ha agravado con la pandemia del coronavirus.
En entrevista para Noventa Grados, el obispo expuso el día a día en Apatzingán, que es de extorsiones, cobro de cuotas, robo de vehículos y de civiles armados por las calles.
Cristóbal Ascencio García señaló que él creyó que con la epidemia del coronavirus, la situación de inseguridad disminuiría, pero al contrario, se agravó.
Luego de emitir una carta pastoral dirigida a los católicos, autoridades de Michoacán y a la comunidad en general, denunciando la inseguridad en el municipio que prevalece desde hace varios años, el obispo reiteró que en comunidades religiosas y localidades del municipio, existe una fuerte presencia del crimen.
El obispo no dudó al asegurar que en Apatzingán “Reina el temor”, que la sociedad no denuncia la inseguridad y está sometida ante el crimen.
Muestra de ello, es que los productores del campo tienen que soportar el pago de un doble impuesto, uno al Gobierno y otro a la delincuencia, además de que están obligados a vender su mercancía a los precios y horas que los malhechores manden: “Una injusticia a ojos vistos”, acusó Cristóbal Ascencio.
Otros afectados son los tortilleros, que pasan el costo de la extorsión a los compradores, provocando un aumento muy grande en el precio del fundamental alimento, golpeando en especial la economía de los más pobres.
El impuesto del crimen organizado lo padecen la mayoría de empresarios y productores, pero temen denunciar.
El obispo relató su propia experiencia con el crimen que controla la región, pues en meses pasados fue despojado de su vehículo a punta de pistola, el cual le fue devuelto de inmediato al saber los delincuentes a quién le habían robado el coche.
Señaló que en aquella ocasión él fue detenido por los criminales, “como detienen a todas las personas”.
Parte de ello -dijo el religioso- es por la falta de autoridad, y consideró a los ciudadanos como “ciervos en medio de hienas”, cuando se plantean la cuestión de con quién acudir a buscar ayuda.
En el contexto de la pandemia por coronavirus, comparó al cubrebocas con un bozal que la gente se ha puesto para no denunciar.
Asimismo, consideró a la pandemia de Covid-19 como una cortina de humo, pues nunca antes la mayor parte del mundo había puesto la mirada en un solo tema, dejando a un lado los otros grandes virus del mundo, como es el de la violencia.
