Apatzingán, Mich., a 20 de octubre de 2025.- Aunque llegó al poder con promesas de seguridad e incluso firmó compromisos para devolver la tranquilidad al convulso municipio de Apatzingán, la alcaldesa Fanny Arreola ha sido superada por el crimen organizado, que controla de facto el municipio imponiendo cuotas, matando a quien le estorbe e inundando la demarcación de un miedo generalizado.
En mayo de 2024, en plena campaña por la presidencia municipal, la abanderada por la alianza Morena – PT – Verde, Fanny Arreola estableció diversos compromisos en materia de seguridad con la ciudadanía y firmó un plan de seguridad en donde se ratifica su compromiso con el restablecimiento de la paz y tranquilidad.
La exdiputada local prometió que durante su administración, “una de las tareas en las que enfocará la mayoría de sus esfuerzos será justamente el de la seguridad, siempre con el firme objetivo de reestablecer el estado de derecho y velar por la integridad de las y los apatzinguenses”, se lee en un boletín de prensa compartido por su equipo de campaña.
“Nuestra tarea es traer la paz y tranquilidad a nuestra tierra, para ello nuestro programa en materia de seguridad se enfoca en atender las causas que originan la inseguridad, sin dejar de atacar de manera frontal a quienes se han dedicado a delinquir en nuestro municipio”, enfatizó.
Sin embargo, ya en el poder, su Policía Municipal no solo no ha enfrentado a la delincuencia, sino que su ausencia de autoridad es tal que las balaceras, extorsiones y homicidios se han vuelto el pan de cada día para los apatzinguenses.
Basta una revisión al perfil de Fanny Arreola en Facebook para ver sus prioridades, que en este mes de octubre se han enfocado en las fiestas octubrinas y el show de Gloria Trevi. De la seguridad en el municipio, la alcaldesa no hizo una sola publicación.
Y mientras el gobierno municipal ha informado que se blindó el recinto ferial para garantizar la seguridad de los habitantes en las fiestas populares, fuera de las instalaciones feriales la situación es preocupante.
Este mismo lunes fue asesinado Bernardo Bravo, líder de los limoneros del Valle de Apatzingán, quien fue hallado con huellas de tortura y con un disparo de arma en la cabeza. Él contaba con escolta oficial, que le fue retirada hace apenas unas semanas.
Bravo se veía en la difícil tarea de representar a los limoneros que como muchos agricultores y empresarios de Apatzingán, son extorsionados todos los días, llevándolos a la ruina económica y orillándolos a manifestarse a pesar de poner sus vidas en riesgo.
Los homicidios, desapariciones, balaceras y enfrentamientos también ya son cosa de todos los días en Apatzingán, un municipio sin pies ni cabeza donde la alcaldesa ha preferido evadir sus compromisos distrayendo al atención hablando de Gloria Trevi.