Uruapan, Michoacán, 11 de noviembre del 2025.- El relato de Liliana Michelle, una joven de Uruapan que perdió a su padre y a varios familiares en hechos violentos, se volvió viral tras su entrevista con la youtuber Eva María Beristáin en el canal Ruido Social, tras asistir a la marcha por la Paz y Justicia en Uruapan, convocada el homicidio del edil Carlos Manzo.
En el video cuenta cómo la violencia se instaló en su vida cotidiana y el peso que dejó en su salud mental y en sus relaciones familiares.
Liliana relató que fue sola a la marcha por Carlos Manzo porque nadie de su entorno quiso acompañarla; lo hizo como un acto de memoria y duelo íntimo.
En el ejercicio periodístico, recordó el asesinato de su padre, quien llegó a cenar a un lugar donde planeaban matar al dueño del local y, al ser el único testigo, fue atacado y ultimado.
“Le dieron balazos en la espalda”, dijo. Esa muerte no fue un caso aislado: “Ya se me hizo normal, son como tres tíos, cuatro y mi papá”, contó, aunque admitió que en ciertos momentos el dolor regresa con fuerza.
La violencia dejó secuelas profundas en Liliana
Tras la muerte de su padre sufrió ansiedad, depresión y episodios de autolesiones, según relató, y todavía carga con las huellas físicas y emocionales de aquellos años. Además, la familia no encontró justicia: aunque hubo detenciones, los presuntos responsables fueron liberados por falta de pruebas.
“A mí me dijeron que eso le podía pasar a cualquiera y que más vale no reconocerlos”, explicó.
Esa sensación de impunidad, dijo, ha cambiado la forma en que la gente vive el duelo y se relaciona: muchas personas optan por callar para no exponer a sus familiares.
“Mis cosas me las guardo yo y no se las cuento a nadie, ni a mi mamá, porque no quiero verla sufrir”, relató. En la marcha por Manzo Liliana también expresó el cansancio colectivo: “Carlos estuvo pidiendo ayuda. La ayuda no llegó… queremos justicia porque si no vamos a tener que tomar las palabras de Carlos, tomar las armas por nuestra cuenta y hacer justicia nosotros mismos”, advirtió entre el sentir generalizado de vecinos que claman respuestas.
Su testimonio funcionó como espejo de una comunidad marcada por pérdidas irreparables: no solo habla del duelo individual, sino de cómo la violencia atraviesa familias enteras.








