Washington DC, EEUU., a 28 de junio de 2025.- Elon Musk ha encendido nuevamente las redes sociales con duras críticas al Senado de Estados Unidos, acusándolo de poner en peligro el futuro económico y tecnológico del país. El empresario sudafricano, conocido por liderar Tesla y SpaceX, calificó de "absolutamente loco y destructivo" el más reciente borrador del plan fiscal impulsado por el presidente Donald Trump, que actualmente se encuentra en trámite legislativo.
A través de su cuenta en X (antes Twitter), Musk advirtió que la propuesta legislativa del Senado, si se aprueba, significaría la "destrucción de millones de empleos" en sectores clave como la energía renovable, la inteligencia artificial y la industria del automóvil eléctrico.
El detonante fue la revelación de los ajustes al llamado "gran y hermoso proyecto de ley", que amplía los recortes fiscales iniciados durante el primer mandato de Trump (2017-2021), al tiempo que reduce drásticamente incentivos a tecnologías limpias y vehículos eléctricos, según señalan expertos.
Musk respaldó sus afirmaciones compartiendo el análisis de Jesse Jenkins, profesor de Energía en la Universidad de Princeton, quien sostiene que la ley supondría el fin de cientos de miles de millones de dólares en inversiones verdes. Jenkins alerta además sobre un posible aumento de la contaminación y una pérdida de competitividad frente a China en sectores estratégicos como la inteligencia artificial.
Entre las medidas más polémicas del borrador figura la eliminación de beneficios fiscales a proyectos de energía eólica y solar aún no iniciados, así como a coches eléctricos, lo que ha generado preocupación en buena parte de la industria tecnológica.
No es la primera vez que Musk critica abiertamente esta iniciativa legislativa. A principios de junio, calificó el proyecto como una "abominación repugnante", desmarcándose del respaldo que anteriormente ofrecía a la administración Trump. La ruptura entre ambos se ha hecho evidente a medida que avanzan los trámites del plan en el Congreso.
La propuesta, ya aprobada por la Cámara de Representantes el pasado 22 de mayo, podría añadir 2,4 billones de dólares a la deuda pública durante la próxima década, según estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso. Mientras tanto, Trump presiona con fuerza para que el Senado le dé luz verde antes del 4 de julio, fecha clave en la agenda política estadounidense por coincidir con el Día de la Independencia.
La batalla fiscal entre visión industrial y futuro sostenible sigue su curso en Washington, con consecuencias que podrían marcar el rumbo económico de la próxima década.