Rafael Ortega y Ernesto Javier “Calita” desorejaron a los de Rancho Seco en Morelia, Michoacán

Morelia, Mich., a 2 de noviembre del 2020 . - Los diestros Rafael Ortega y Ernesto Javier “Calita” se alzaron como los grandes triunfadores del tradicional evento taurino de Noche de Muertos de Morelia, al cortar dos orejas cada uno a toros muy bien presentados de la ganadería tlaxcalteca de Rancho Seco.

Y aunque el Señor de los Tres Tercios desplegó el toreo alegre, lucido y artístico que le es propio, fue Ernesto Javier el que realizó la gran faena de la noche, al desarrollar una tauromaquia de arte y valor, con sabor y brillantez para dejar muy buen ambiente.

Los michoacanos Paco “El Decano” Doddoli, Antonio “Virrey” Mendoza y Emiliano Villafuerte “El Moso” no pudieron tocar pelo, pero dejaron constancia de que están para mejores situaciones y circunstancias, habida cuenta que no encontraron contribución en los de Rancho Seco.

El Calita lució de principio a fin de su faena. Con mando, arte y valentía pinceló tandas brillantes con capote y muleta, amén de que realizó una serie de figuras corporales muy estéticas luego de cada remate de tanda. Está el hispano mexicano para cualquier reto.

Rafael Ortega le echó mucha cabeza para sacarle jugo a un toro que traía sus complicaciones, porque calamochaba mucho y era muy mirón. El Señor de los Tres Tercios ni sudó, ni se abochornó, de ahí que esculpió una faena muy meritoria.

De los michoacanos fue Emiliano Villafuerte quien mejor se vio, habida cuenta que tuvo dos tres tandas de capotazos y muletazos bien estructurados, con lances y adornos muy toreros, pero no fue capaz de cortar con el acero el trofeo que se había ganado. Lamentablemente hacia el final de su faena se dejó ganar distancias y terrenos y el se Rancho Seco de dio un revolcón, del que el moreliano salió con el vestido hecho garras.

Paco Doddoli “El Decano” abundó con su toreo honesto, pundonoroso y de valor, pero le tocó un toro muy complicado que siempre fue con la cabeza arriba y se quedaba en media embestida, por lo que le resultó imposible sacarle agua a una piedra más seca que un desierto ardiente.

Antonio “Virrey” Mendoza corrió con lo peor del encierro, un toro que no se dejó meter mano, por lo que el michoacano y patzcuarense por adopción tuvo que abreviar, aunque ciertamente no se esforzó ni un ápice para, al menos, dejar ver detalles de su buena tauromaquia. Así sea.