Faena cumbre de Isaac Fonseca en Madrid y vuelta al ruedo aclamado por la multitud

Morelia, Michoacán; 16 de mayo de 2022.- El novillero moreliano Isaac Fonseca puso de pie a la Plaza de Toros Las Ventas de Madrid, recibió la aclamación general del respetable y petición con mucha fuerza para el juez de plata, quien se guardó el pañuelo para descontento del público que, sin embargo, se dejó guardado en mente, alma y corazón la gran faena ligada al nombre del Huracán de Morelia, quien dio vuelta al ruedo con mucha fuerza en virtud de que el público lo acompañó siempre de pie y con aplausos.

Isaac Fonseca estuvo inmenso ante el quinto de la tarde, Hortelano de nombre, novillo con 512 kilogramos de peso, bravo, noble y claro, al que el diestro michoacano le pintureó una tanda de verónicas exquisitas y una media con lo que de inmediato provocó el olééééééé largo y sonoro del público madrileño. Qué garra del novillero de la Escuela Taurina de Colmenar el Viejo, porque se adueñó de la escena y escribió páginas doradas.

Su faena de muleta de fue más a más y más, recibió de rodillas y pintureó tres pases ceñidos, eléctricos e imantados que hicieron florecer las gargantas y el alma de la multitud, esa que casi llenó el aforo de la plaza más importante del mundo. Fonseca modeló tandas de derechazos hondas, sentidas y de fuerte conexión; brilló intensamente con una arrucina y con derechazos y naturales de aquí hasta allá, en redondo y siempre con esa sensación de peligro que pone al público al filo de la butaca y lo hace estallar en olés largos, musicales y celebratorios.

Fue una faena de dos orejas. La gente lo vivía, lo sentía, lo esperaba y el novillero mexicano se lanzó con el corazón por delante a matar, pero pinchó en hueso, la multitud dejó escuchar un aaah de lamentación; el Nieto del Abuelo nuevamente puso su pecho como bandera y volvió a pinchar en todo lo alto; sin perder la calma, el discípulo de los matadores Carlos Aragón Cancela y Jacobo Hernández se fue con todo por tercera vez y metió la espada hasta la empuñadora en el hoyo de las agujas, el novillo rodó sin puntilla inmediatamente, la multitud sacó los pañuelos blancos y el juez de plaza, insensible e incapaz, negó la oreja, pero el respetable lo llevó a dar la vuelta con mucha fuerza.

Desde el quite que le hizo al primer novillo de la tarde, correspondiente a Santana Claros, Isaac Fonseca comulgó plenamente con el público, gracias a que se proyectó inmensamente con saltilleras, gaoneras y un remate por revolera.

Su primer novillo, segundo de la tarde, también fue muy bravo, noble y claro, pero salió sin fuerza y no pudo contribuir con el moreliano, quien lo cuidó con pases por alto, le pinceló tandas de derechazos y naturales muy bien cuajadas. Tuvo qué abreviar y mató de estocada. Ovación.

Los primeros cuatro novillos acusaron poca fuerza, por lo que con todo y que eran bravos, nobles y claros, no permitieron que los novilleros pudieran realizar la faena soñada, sin embargo, los tres dejaron ver que están para mayores compromisos. Santana Claros recibió ovación y ovación; Isaac Fonseca ovación y vuelta al ruedo, y Álvaro Burdiel, tercer espada, ovación y ovación. Así sea.