América Latina no está lista para hacer frente al alzhéimer

América Latina no está lista para hacer frente al alzhéimer
Autor: Andrea Small Carmona | Fecha: 23 de Diciembre de 2015 a las 17:50:00

México, D.F., a 23 de diciembre de 2015.- Más de 3,4 millones de personas en América Latina y el Caribe sufren hoy de alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa que causa un deterioro severo y progresivo de la memoria y otras habilidades mentales importantes. Se trata de una situación que podría empeorar: se espera que para 2030 haya 7,1 millones de personas con este tipo de demencia en la región, un número podría llegar a 16 millones en el 2050, según el Reporte mundial del alzhéimer 2015, editado por la Organización Internacional del Alzhéimer en agosto de este año.

Considerado como uno de los tipos más comunes de demencia, el alzhéimer afecta más frecuentemente a las personas mayores de 65 años, aunque también existen algunos casos en los que las personas comienzan a sufrir de la enfermedad a muy temprana edad, entre los 30 y 40 años.

Con estos datos en mente, la Asociación Contra el Alzhéimer de Estados Unidos (ALZ),organizó el pasado 1 y 2 de diciembre el Primer Simposio de Investigación sobre Alzhéimer en Iberoamérica, en el que investigadores de 13 países se reunieron en la Ciudad de México para discutir los hallazgos más recientes en investigación, patrones epidemiológicos, desarrollo de fármacos y políticas públicas necesarias para manejar más adecuadamente esta enfermedad.

María Carrillo, neuróloga geriátrica, Jefa de Investigación Científica de ALZ y organizadora del encuentro, conversó con Scientific American sobre el encuentro. Según explicó la experta, en este momento se está llevando a cabo mucha investigación relevante sobre el alzhéimer en América Latina, pero es necesario más apoyo por parte de los estados para poder hacer frente a esta epidemia adecuadamente.

Este es un extracto de esa entrevista:

Es la primera vez que ALZ organiza un evento sobre alzhéimer en Latinoamérica. ¿Por qué en este momento y no antes?

Creo que hay demasiados datos relevantes en esta región que deberían compartirse con el resto del mundo. Lo que buscamos es que estos investigadores puedan aprender del trabajo de sus colegas e intercambiar ideas para acelerar el entendimiento de las causas y el progreso del alzhéimer. Nunca habíamos hecho esto en Latinoamérica, pero sí habíamos apoyado científica y financieramente a muchos de los investigadores que asistieron. Pienso que esta era una reunión necesaria y en mi opinión fue un éxito. Científicos de 13 países asistieron a la conferencia y estaremos publicando pronto los resultados en nuestro órgano divulgativo, Alzheimer’s & Dementia, editado por Elsevier.

¿Cuáles fueron los puntos más relevantes del encuentro?

Para mí hubo dos temas de mucha importancia, que se tocan entre sí. El primero tiene que ver con la investigación científica. La diversidad genética de América Latina la hace un sitio muy interesante para estudiar el alzhéimer tanto familiar como esporádico, porque hay casos como el del alzhéimer familiar en Colombia, por ejemplo, que es único en el mundo. El otro punto importante que también discutimos mucho es el político. En casi todos los países hay organizaciones que apoyan a las personas con alzhéimer y sus familias, y también defienden la investigación, pero el apoyo estatal que reciben es muy pobre. Pienso que la falta de apoyo es un problema urgente que enfrenta la región. Solo podremos resolver esta enfermedad si invertimos recursos para entenderla mejor y atender adecuadamente a nuestros enfermos y sus familias.

Pero las familias latinoamericanas parecieran estar mejor adaptadas para cuidar a sus enfermos que en otras partes del mundo…

Sí, pero eso es algo que está cambiando, y en buena parte por razones económicas. Antes solía haber al menos una persona en casa siempre, cuidando de la familia. Los abuelos siempre estaban cerca de los hijos y los nietos. Pero ese panorama ha cambiado mucho con la llegada de la urbanización. En muchas familias ambos padres trabajan ahora. Eso no deja mucho espacio para el cuidado de los ancianos, que además se complica cuando se presenta una enfermedad como el alzhéimer. Y es ahí donde el gobierno tiene que intervenir. Las sociedades de los países latinoamericanos deben prepararse para la cantidad de personas con demencia que tendremos de aquí a 15 ó 30 años. Hay que construir infraestructura, informar a las personas, educar cuidadores. No se trata solo de construir asilos para ancianos, sino asilos para personas con trastornos de demencia, porque ellos tienen necesidades médicas y sociales distintas. Y hay que empezar ahora.

¿Hay alguna razón que nos ayude a explicar ese incremento en los casos de alzhéimer en la región?

Hay dos. La primera es que con el desarrollo también se alarga la esperanza de vida, y a medida que envejecemos aumenta nuestro riesgo estadístico de sufrir de alzhéimer u otros tipos de demencia. Por otra parte, también tenemos mejores registros y estamos mejor preparados para documentar y contar los casos de alzhéimer. Hace 10 años en India, por ejemplo, íbamos a investigar y nos decían: “Aquí no existe el alzhéimer”. No era verdad. Lo que sí era cierto es que no existían registros, no contaban. Eso también está cambiando con llegada de tecnologías más accesibles y baratas. Luego están otros factores de salud: el incremento de la obesidad y la vida sedentaria aumentan el riesgo de padecer alzhéimer.

¿Y la diabetes entra también en esos factores de riesgo?

Por supuesto. Existe una correlación muy bien documentada entre la diabetes y el riesgo de sufrir alzhéimer. Aún no sabemos exactamente cómo funciona este mecanismo, pero la resistencia a la insulina puede contribuir de muchas maneras al deterioro cerebral, un aspecto mucho más vulnerable en el caso de una persona con alzhéimer. A eso tenemos que sumarle que  en Estados Unidos, por ejemplo, los latinos tienen dos veces más riesgo de desarrollar diabetes que las personas blancas no latinas.

Algunas compañías farmacéuticas han intentado desarrollar fármacos para prevenir los casos de alzhéimer familiar hereditario. Uno en particular, está en ensayos clínicos en Colombia. Si llegasen a ser aprobados (los resultados preliminares estarán listos en 2018) es muy posible que sea un medicamento bastante costoso. ¿Tienen algunas preocupaciones sobre su disponibilidad en América Latina por razones económicas?

Desde luego, pero es algo que es difícil predecir. Actualmente no existen tratamientos preventivos, solo los hay para los síntomas del alzhéimer. Los más económicos cuestan alrededor de $100 dólares al mes en Estados Unidos y están compuestos de píldoras genéricas. Otros pueden llegar a costar $1,000 dólares al mes. Es muy posible que el tratamiento que está siendo probado en Colombia sea una infusión intravenosa que puede llegar a ser muchísimo más costosa, rondando los $10,000 dólares al mes. Creo que la clave está en los genéricos. Mi esperanza es que otras compañías farmacéuticas compitan por el mercado y que en pocos años haya una forma genérica más barata, más fácil de administrar, que pueda estar al alcance de los países en desarrollo.

¿Cuáles son los retos más relevantes que enfrenta la investigación sobre el alzhéimer?

En los últimos años nos hemos enfocado mucho en entender cómo y por qué se originan las placas de la proteína beta-amiloide en los cerebros de pacientes con alzhéimer, tanto esporádico como familiar, y creo que los esfuerzos van en la dirección correcta. Pero al mismo tiempo pienso que no deberíamos buscar solo ahí. En este congreso, por ejemplo, se presentaron también investigaciones sobre la proteína tau y sus implicaciones en el origen del alzhéimer y posibles tratamientos. También creo que sería interesante desarrollar una terapia combinada que atienda diversos aspectos de riesgo del alzhéimer, que incluya medicinas para los síntomas, pero que también se enfoque cosas como el riesgo cardiovascular, etcétera. La combinación de varias estrategias terapéuticas para ver si ofrecen beneficios o no, sería un gran reto.

Luego de la discusión, ¿cuáles cree usted que son los países mejor preparados para sortear los obstáculos del alzhéimer en la región?

No es una sorpresa que Argentina y Brasil sean los que mejor preparados están para lidiar con el alzhéimer: ellos tienen mayor inversión federal. Eso les da acceso a tecnología médica más avanzada, fondos para desarrollo y transferencia de conocimientos, tratamientos de vanguardia. Además ellos participan más en investigaciones internacionales. Todo eso cuenta.

Más información de la categoria
Más información de la categoria
Comentarios