Guadalajara, Jalisco, 14 de julio del 2025.- La Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) ha dado un paso más en la implementación de soluciones innovadoras en la agrobiotecnología.
Y es que, investigadores de esta institución obtuvieron la patente “Cepas bacterianas, mezcla probiótica, nutriente y método para la producción agrícola” (MX/a/2021/002192). Esta innovación ofrece una solución natural y efectiva contra la Sigatoka negra, una enfermedad que afecta gravemente al cultivo del plátano en América Latina.
Este logro es resultado de 10 años de trabajo colaborativo entre investigadores, estudiantes y productores, y representa una alternativa sustentable al uso intensivo de fungicidas químicos, explicó el Dr. Miguel Beltrán García, Profesor-Investigador de la UAG y quien encabeza este proyecto.
Una respuesta natural a una amenaza global
La Sigatoka negra, causada por el hongo Pseudocercospora fijiensis, ha generado una alta dependencia de fungicidas, lo que implica altos costos de producción, riesgos a la salud y daño ambiental.
El bioinsumo creado por investigadores de la UAG es una mezcla probiótica de bacterias endófitas que actúa como un “probiótico para plantas”, lo que ayuda a fortalecer el microbioma del plátano, lo protege naturalmente de enfermedades y estimula su crecimiento y producción.
Resultados que transforman el campo
Entre los beneficios comprobados del bioinsumo se encuentran:
- Reducción de químicos: Disminución del uso de fungicidas en un 30% a 35%.
- Mayor producción y calidad: Racimos con más manos y calibre de exportación; aumento de producción de 1800 a 3200 cajas por hectárea al año.
- Vida útil prolongada: Fruta más resistente, permitiendo el transporte en barco en lugar de avión.
- Plantas más sanas: Mejor morfología, resistencia al estrés y absorción de nutrientes.
- Impacto ambiental positivo: Regreso de biodiversidad y mejora del suelo.
- Más empleos: Generación de trabajo local gracias al aumento en empaque y cosecha.
Alianza entre investigadores, estudiantes y comunidad
Este avance fue posible gracias al trabajo conjunto de 25 a 30 estudiantes de Ingeniería en Biotecnología, Químico Farmacéutico Biólogo e Ingeniería Empresarial Agropecuario, quienes participaron desde las primeras pruebas en Cihuatlán, hasta el escalamiento en Colima, donde alcanzaron las 500 hectáreas tratadas.
La patente fue registrada a nombre de los investigadores Miguel Juan Beltrán García, América Martínez Rodríguez, Gloria Macedo Raygoza, David Ortiz Mendoza, Cristy Martínez Molina y Gustavo Santana Villalobos, quienes enfrentaron retos técnicos, climáticos y logísticos, incluida la pandemia de COVID-19, para realizar la investigación.
Apoyo institucional y futuro prometedor
Este desarrollo contó con el respaldo de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología del Gobierno de Jalisco, la industria bananera y la UAG.
Actualmente, se analiza la comercialización del bioinsumo en México y el extranjero, con interés de empresas nacionales e internacionales.
La UAG fortalece así su modelo educativo basado en la investigación aplicada, involucrando a sus estudiantes en proyectos reales que impactan positivamente al campo, la economía y el medio ambiente.
Un sello de innovación y orgullo UAG
Esta patente no solo representa una solución agrícola, sino también una muestra del compromiso de la UAG con el desarrollo sustentable, la ciencia de alto nivel y la formación de talento que transforma el país.
Como lo resume el lema que surgió del equipo que desarrolló este bioinsumo: “En la UAG, no solo estudias biotecnología… la patentas”.