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MensajearMorelia, Michoacán, a 15 de junio del 2023.- De las comunidades de Llano Grande, Bateas y Tepetate, Apatzingán salieron absolutamente todos los habitantes para salvar sus vidas y no ser presas de los enfrentamientos armados entre grupos delictivos antagónicos que buscan el poder de la plaza, aseguró Jorge Armando Vázquez Orozco, sacerdote de Presa El Rosario, localidad que brinda cobijo a las familias desplazadas.
Señaló que desde hace cuatro días comenzó el arribo de familias, ciudadanos que a decir el prelado vivieron un infierno al soportar por horas que las balas rozaran sus cuerpos mientras intentaban resguardar a sus hijos debajo de las camas o atrás de los muebles en casas con paredes de madera y techos de lámina.
“Fue terrible estaban en sus casas cuando empezaron los enfrentamientos, se metían en sus casas a lado de sus casas y disparaban, entonces vivieron un pánico con niños tirados debajo de la cama mientras lloraban”, expresó el padre quien aseguró que la cifra de desplazados supera los 700.
Tras el episodio de violencia que vivieron las familias, el sacerdote reconoció que las víctimas requieren de atención psicológica, pero por el momento trata de brindarles consuelo espiritual.
“Me han comentado historias que no puedo yo revelar, pero trato de escucharlos”, señaló el prelado quien dijo no ha parado de solicitar ayuda para obtener alimentos y ropa.
Mientras mujeres y niños buscan donde pueden vivir, los padres de familia ya son contratados de manera temporal en las cosechas de limón de la región y así obtener un poco de dinero para sobrevivir mientras se encuentran fuera de sus comunidades.
El sacerdote consideró que por el momento no es oportuno que las familias regresen a sus localidades de origen, debido a que a pesar de la presencia militar en esas zonas, los enfrentamientos no han parado.
"El Ejército llega y cuando se van comienzan los enfrentamientos y el terror para las familias ", apuntó el padre.
