Morelia, Mich., a 16 de diciembre de 2025.- Michoacán volvió a estremecerse tras un operativo de gran escala que dejó al descubierto la dimensión del poder de fuego con el que operan los grupos criminales en la entidad. En el marco del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, fuerzas federales y estatales desplegaron acciones coordinadas que permitieron el aseguramiento de municiones, cargadores, artefactos explosivos improvisados y vehículos, evidenciando que la amenaza continúa latente en varias regiones del estado.
El operativo fue ejecutado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, con el respaldo de la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en estrecha colaboración con autoridades locales. La intervención no solo tuvo como objetivo el decomiso de armamento, sino también el reforzamiento de la presencia institucional en zonas golpeadas por la violencia.
Como parte de esta estrategia, se llevaron a cabo patrullajes permanentes en huertas de aguacate y limón, sectores estratégicos que durante años han sido blanco de extorsiones y control criminal. Las acciones se concentraron en municipios clave como Nuevo San Juan Parangaricutiro, Villa Madero, Apatzingán, Buenavista Tomatlán, Parácuaro, Múgica y Zitácuaro, donde la presencia armada busca enviar un mensaje claro: el Estado intenta retomar el control del territorio.
Las autoridades revelaron que estos aseguramientos forman parte de una ofensiva más amplia que, entre el 10 de noviembre y el 15 de diciembre de 2025, ha derivado en la detención de más de doscientas personas y en el decomiso de un arsenal que incluye armas de fuego, miles de cartuchos, cientos de cargadores, vehículos presuntamente utilizados por el crimen organizado y una alarmante cantidad de artefactos explosivos y material para su fabricación. A ello se suma el aseguramiento de droga, sustancias químicas destinadas a la elaboración de narcóticos sintéticos, así como el desmantelamiento de campamentos criminales y la inhabilitación de tomas clandestinas.
Desde el Gabinete de Seguridad, las instituciones federales insistieron en que estas acciones no son aisladas, sino parte de una estrategia sostenida para debilitar las estructuras financieras y operativas del crimen organizado en Michoacán.
Aseguraron que el despliegue continuará en los puntos más conflictivos del estado con el objetivo de devolver la seguridad y la confianza a una población que por años ha vivido bajo la sombra de la violencia.
Mientras los operativos se intensifican, Michoacán permanece en una tensa calma, con regiones productivas vigiladas y comunidades que observan de cerca si esta nueva embestida logrará romper, finalmente, el ciclo de miedo que domina amplias zonas del estado.








