Turicato, Mich., a 5 de diciembre de 2025.— En una ofensiva quirúrgica que cimbró a la zona de Tierra Caliente, elementos del Ejército Mexicano ejecutaron un operativo que dejó al descubierto lo que podría catalogarse como uno de los decomisos más contundentes del año: 335 kilogramos de una sustancia granulada y blanca con características propias de la metanfetamina, oculta entre maquinaria e insumos capaces de mantener en pie un laboratorio a gran escala.
La irrupción militar se dio en puntos estratégicos de ambos municipios, donde los soldados localizaron y aseguraron seis reactores, siete condensadores y cuatro tanques de gas LP, equipo clave para la producción de drogas sintéticas a nivel industrial. La escena parecía sacada de un complejo químico clandestino, reforzada con 180 costales de sosa cáustica, 140 costales de ácido y 23 tinas, ingredientes que delatan la magnitud del negocio ilícito que operaba en la zona.
Pero el arsenal químico no fue lo único que cayó. Como parte del operativo también fue asegurada una camioneta Tacoma color negra, vehículo que al igual que todo lo decomisado, ya fue puesto a disposición de las autoridades para continuar las investigaciones y determinar a qué organización criminal pertenecía este monstruoso laboratorio.
Con este golpe, el Ejército deja un mensaje rotundo: en Michoacán, la producción de metanfetamina —que alimenta mercados nacionales e internacionales— no es territorio libre. La ofensiva continúa, y los narcolaboratorios tiemblan mientras el Estado cierra el cerco.








