Morelia, Mich., a 22 de noviembre de 2025.- La primera audiencia de pruebas por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, reveló un giro inesperado y explosivo: el joven agresor, Víctor Hugo U., de 17 años, fue ultimado con la misma arma con la que segundos antes había disparado seis veces contra el edil. Peritajes recientes señalan que el escolta Demetrio N. colocó la pistola a escasos centímetros de la nuca del atacante y accionó el gatillo cuando el asesino ya se encontraba sometido.
Un tiro a quemarropa de 10 centímetros: Se sospecha de disparo de remate
Los análisis balísticos fueron categóricos: el impacto que mató al joven se realizó a solo diez centímetros de distancia, directamente en la nuca y con trayectoria descendente. Estos elementos son típicos de un disparo de ejecución, no de una maniobra para desarmar o neutralizar a un agresor.
El Ministerio Público contrastó estos datos con la declaración del escolta, quien aseguró que pensó haber disparado al brazo del joven en medio del caos. Sin embargo, los peritos insistieron: la bala entró a centímetros del cráneo, en un ángulo limpio y sin señas de forcejeo.
“Déjalo”: escoltas bloquearon que paramédicos auxiliaran al joven
La audiencia también expuso otro elemento grave. El paramédico José Ángel, uno de los primeros en llegar para brindar auxilio, testificó que los propios escoltas le impidieron acercarse al joven herido.
Relató que uno de ellos, con el arma aún empuñada, le dijo en tono agresivo: “Déjalo”. Ante el riesgo de confrontación, el socorrista se retiró. El menor murió en el lugar sin recibir atención médica.
La Fiscalía advirtió que este detalle podría constituir obstrucción de auxilio y agrava la situación de los implicados.
El ataque contra Manzo: seis disparos en ráfaga, uno mortal en la espalda
Los peritajes también reconstruyeron el ataque contra el presidente municipal. Víctor Hugo disparó en intervalos de apenas 1.5 segundos entre cada tiro. El cincos de los impactos dieron contra el cuerpo del edil, pero fue uno en la espalda baja —que perforó el tórax— el que lo sentenció.
El primer disparo del joven incluso alcanzó a un civil que se encontraba cerca del punto del ataque.
Una sola arma en todo el evento
Según la investigación, la pistola usada para matar al alcalde fue la misma que accionó el escolta para ultimar al joven.
La secuencia completa —ataque, sometimiento y disparo final— ocurrió con una sola arma en escena, lo que ha llamado particularmente la atención de la Fiscalía por lo inusual del caso.
Escoltas en la mira por posible ejecución extrajudicial
Con estos nuevos elementos, la situación de los siete escoltas detenidos se complica.
El disparo en la nuca a quemarropa, el sometimiento previo y la negación de auxilio forman un conjunto de hechos que ya son investigados como un posible uso excesivo de fuerza, y en el caso de Demetrio N., como una probable ejecución extrajudicial.
La audiencia no solo abrió nuevas líneas de investigación; también dejó claro que la muerte del atacante no fue un acto reflejo en medio del caos, sino un momento crítico cuyo esclarecimiento podría redefinir el rumbo del caso.








