Ciudad de México, 18 de septiembre de 2025.- El Senado de la República consumó el jueves una de las decisiones más polémicas de la legislatura, al quitar del camino de Alejandro “Alito” Moreno para imponer a Carlos Lomelí Bolaños, empresario farmacéutico y senador de Morena, como nuevo presidente de la Comisión de Marina, a pesar de su turbio historial de corrupción, negocios con el gobierno y vínculos confesos con el narcotráfico.
La designación fue presentada como un simple relevo institucional, pero en los hechos significa que la institución responsable de supervisar la Armada de México queda en manos de un político señalado por Estados Unidos de haber vendido químicos al Cártel de Sinaloa.
Un pasado incómodo
Carlos Lomelí no es un político convencional. Documentos judiciales en Estados Unidos a los cuales el medio mexicoamericano Latinus tuvo acceso, revelan que, en 2010, admitió ante la DEA haber distribuido precursores químicos para metanfetaminas, además de entregar 2.7 millones de dólares en bienes para evitar un juicio por lavado de dinero. Su empresa farmacéutica Lomedic fue incluida en la lista negra de la OFAC como fachada para el narcotráfico, acusada de servir a los cárteles de los Amezcua Contreras y de colaborar con figuras como Ignacio “Nacho” Coronel, Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Pese a este historial, Lomelí logró recomponer su carrera en México. Bajo el amparo de Andrés Manuel López Obrador, sus compañías recibieron más de 160 millones de pesos en contratos con el gobierno federal, aun cuando la Secretaría de la Función Pública abrió varias investigaciones en su contra por corrupción y conflicto de interés.
De acusado a vigilante de la Marina
La Comisión de Marina no es cualquier órgano legislativo: tiene a su cargo el control civil y político de una de las instituciones más poderosas del Estado mexicano, en un contexto donde la Marina ha sido señalada por corrupción de altos mandos en una red de saqueo de combustible y blanqueamiento de dinero, dirigida por dos sobrinos del exsecretario de Marina nombrado por Andrés Manuel López Obrador.
Que Lomelí encabece esa comisión, advierten especialistas, es un contrasentido que erosiona la credibilidad del Senado.
Desde la oposición, el nombramiento fue tachado de “albazo” y “revanchismo político”, mientras que en Morena se defendió como un acto de proporcionalidad parlamentaria. Lo cierto es que la votación pasó sin freno, blindada por la mayoría oficialista.








