Morelia, Mich., a 29 de octubre de 2025.— En medio de la mayor tensión agrícola que ha vivido el país en los últimos años, el Gobierno de Michoacán anunció que se está a horas de firmar el esperado acuerdo nacional para rescatar a los productores de maíz… un pacto que llega después de días de carreteras tomadas, pérdidas millonarias y el riesgo latente de que la crisis estalle otra vez a nivel nacional.
El secretario de Gobierno, Raúl Zepeda Villaseñor, confirmó que se contempla un subsidio extraordinario de 950 pesos por tonelada, una cifra que para algunos representa un “respiro temporal” y para otros, un intento desesperado del gobierno por apagar el incendio que ya se extendió por varios estados.
De esos 950 pesos, 800 los pondrá la Federación y 150 cada estado que quiera sumarse al plan. Jalisco y Guanajuato ya firmaron. Michoacán, uno de los epicentros del conflicto, está por hacerlo.
Zepeda Villaseñor reconoció que este acuerdo implica para Michoacán una erogación “no menor” de 120 millones de pesos, recurso que no estaba contemplado y que obligará a recortes de emergencia, por lo que habrá que rasurar partidas y ajustar el presupuesto. Pero el apoyo va, aseguró.
Con el incentivo, el precio subiría a 6 mil 150 pesos por tonelada, apenas 100 pesos por encima de la oferta que provocó el rompimiento de negociaciones y, con ello, la furia de productores que salieron a las calles, bloquearon carreteras y paralizaron parte del estado.
El martes había 11 bloqueos en Michoacán. Hoy quedan dos. Pero uno de ellos es el más crítico: la caseta de Zinapécuaro, punto estratégico del corredor Morelia–Guadalajara y símbolo del enojo del sector maicero.
En este momento, autoridades negocian directamente en la zona para intentar liberar el paso, mientras miles de transportistas continúan acumulando pérdidas por el retraso en mercancías perecederas.
Un conflicto nacional que podría resurgir
Mientras Michoacán afina su firma, expertos advierten que el acuerdo podría no ser suficiente: la molestia en el campo se ha extendido por todo el país, y los productores señalan que el subsidio solo maquilla un problema estructural que ha sido ignorado durante años.
Lo que hoy parece un avance podría convertirse mañana en una nueva ola de presión si los gobiernos no atienden el verdadero trasfondo: el abandono del campo y la falta de precios justos para quienes sostienen la alimentación del país.
Por ahora, Michoacán apuesta 120 millones de pesos a que el fuego disminuya. Pero el campo mexicano ya dejó claro que no piensa callar.

 
 
            
             
           
           
           
           
           
           
           
          






