Morelia, Mich., a 28 de octubre de 2025.— La captura en Estados Unidos del empresario Víctor Manuel Álvarez Puga, esposo de la presentadora de televisión Inés Gómez Mont y uno de los personajes más buscados por la justicia mexicana por lavado de dinero y delincuencia organizada, destapó nuevamente una de las tramas más oscuras y millonarias del sexenio de Silvano Aureoles Conejo: el centro clandestino de espionaje que operó en Michoacán, pagado con recursos públicos a una empresa vinculada directamente al hoy detenido.
La detención del empresario chiapaneco reactivó el escándalo del gobierno silvanista, que en un solo contrato dio 132 millones de dólares —casi 2,700 millones de pesos— a la compañía Integra Software, operada por Álvarez Puga y señalada como parte de una vasta red de factureras y empresas fantasma.
Un contrato en dólares… firmado en silencio y sin licitación
En enero de 2017, a mitad del gobierno perredista, la administración de Aureoles adjudicó de manera directa el contrato CAPDE-1SGAB-00117 para instalar y operar un supuesto “centro de monitoreo de direcciones IP”.
Pero los documentos, los estados de cuenta bancarios y testimonios de exfuncionarios revelan otra historia: El gobierno de Michoacán pagó mes con mes, 2.5 millones de dólares durante 51 meses, con un primer pago de 7 millones de dólares entregado en abril de 2017.
Todo ello en dólares estadounidenses, con cargo directo a la Secretaría de Finanzas, que en ese entonces encabezaba Carlos Maldonado Mendoza, hoy preso, al igual que Guillermo Loaiza Gómez, entonces presidente del Comité de Adquisiciones y que igual yace actualmente tras las rejas. Ambos firmaron el contrato que abrió el flujo multimillonario hacia la empresa de Álvarez Puga.
Un “centro de monitoreo” que operaba como búnker de espionaje
Aunque en el papel se hablaba de rastrear direcciones IP y dispositivos en Michoacán, se documentó que el centro fue, en realidad, un cuartel de espionaje político desde donde se monitoreaba a políticos rivales de Aureoles, empresarios, periodistas, funcionarios estatales y federales, y a figuras públicas a nivel nacional.
La empresa Integra Software presumía un software “único en el mundo”, pero nunca se menciona el nombre, el proveedor ni las capacidades técnicas reales. Lo que sí consta es que la información recabada era “de uso exclusivo del gobierno”, aunque jamás se precisó para qué fue utilizada ni quién accedió a ella.
Los estados de cuenta de Integra Software muestran cómo el dinero público de Michoacán fue dispersado de inmediato a empresas presuntamente utilizadas por Álvarez Puga para lavar recursos. Por ejemplo, de un solo pago hecho por el gobierno de Michoacán, el dinero fue dispersado de inmediato a Broadlink (43.4 millones), la SOFOM Súper Préstamos (más de 18 millones), a Servitac, S.C. (9.6 millones), al particular Juan José Garay Rodríguez (3.8 millones) y otras entidades financieras que recibieron más de 40 millones de pesos adicionales. Una operación clásica de triangulación y blanqueo, según autoridades hacendarias.
Aureoles, prófugo
La caída de Álvarez Puga en territorio estadounidense volvió a poner en el reflector al exgobernador Silvano Aureoles, quien ya enfrenta denuncias por desvíos multimillonarios en otras áreas de su administración, las cuales lo tienen huyendo de la justicia.
Mientras dos de sus excolaboradores más cercanos —Maldonado y Loaiza— se encuentran ya tras las rejas, el exmandatario michoacano no ha dado la cara y su paradero es incierto. Autoridades aseguran que la conexión con Álvarez Puga y el búnker de espionaje lo coloca en el centro de una investigación que promete sacudir los cimientos políticos del estado.
Con el empresario ahora en manos de autoridades estadounidenses, la Fiscalía General de la República prepara nuevas solicitudes de información sobre los contratos firmados en Michoacán.
La trama de espionaje, corrupción y pagos en dólares podría convertirse en uno de los mayores escándalos políticos de Michoacán la última década. Y el nombre que vuelve a aparecer en todas las rutas es el mismo: Silvano Aureoles Conejo.








