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Blindan la corrupción: Fiscalía de Michoacán premia con nuevo cargo a exjefe de la Policía Auxiliar acusado de devastar la institución

Blindan la corrupción: Fiscalía de Michoacán premia con nuevo cargo a exjefe de la Policía Auxiliar acusado de devastar la institución
Autor: Redacción / Noventa Grados | Fecha: 6 de Octubre de 2025 a las 21:25:47

Morelia, Mich., a 6 de octubre de 2025. — En un giro que ha generado indignación entre agentes de procuración de justicia y del sistema de seguridad pública estatal, la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE) designó como titular de su Dirección de Seguridad Institucional a Juan Eulogio Sandoval Vargas, exdirector de la Policía Auxiliar, quien fue destituido en 2024 tras una gestión señalada por corrupción, nepotismo, abuso de poder y negligencia administrativa.

El nombramiento, lejos de interpretarse como una estrategia de fortalecimiento interno, es visto por muchos dentro y fuera de la institución como un acto de encubrimiento y reciclaje político, que premia a un funcionario con un historial de excesos y descomposición institucional.

De la crisis al ascenso

Durante su administración al frente de la Policía Auxiliar de Michoacán, Sandoval Vargas acumuló denuncias por impagos salariales, retrasos en bonos, falta de prestaciones y un trato autoritario hacia los agentes, quienes lo describían como un mando prepotente y distante.

Su gestión fue también responsable de un quebranto financiero superior a los 100 millones de pesos, que dejó a la corporación endeudada con el SAT, el IMSS, Pensiones Civiles y diversos proveedores.

Por su omisión, decenas de policías jubilados no recibieron su finiquito desde 2022, producto directo del desorden financiero heredado de aquella administración.

En mayo de 2025, un reporte periodístico documentó que la Dirección de Pensiones del Estado no recibió los pagos correspondientes a 2023 y 2024, lo que representó un desfalco superior a 23 millones de pesos.

Pese a ello, no se registraron sanciones administrativas en su contra.

Autoritarismo, privilegios y desdén

Durante su paso por la corporación, Sandoval Vargas convirtió la dirección en una especie de feudo personal.

Cobraba 60 mil pesos mensuales, pero además ordenaba preparar un menú exclusivo para él y su familia en el comedor institucional, y exigía que el personal se pusiera de pie al entrar a cualquier oficina, según denunciaron sus propios subalternos, sin contar con personal que fue incorporado a la nómina de esa institución, aunque cobraban sin trabajar, como por ejemplo su propia esposa.

Su actitud despótica contrastaba con la precariedad que enfrentaban los policías en campo, muchos de los cuales trabajaban sin seguro médico ni prestaciones vigentes. Incluso, tras su destitución, fue señalado por seguir utilizando escoltas y vehículos oficiales como si aún ocupara el cargo, hecho que actualmente es investigado por la Contraloría Estatal.

Un escándalo que expuso el deterioro institucional

En marzo de 2024, un hecho marcó el punto de no retorno: un agente adscrito a la Policía Auxiliar fue detenido en Morelia tras asaltar a un ciudadano con su arma de cargo, a bordo de una motocicleta con reporte de robo.

El incidente exhibió el colapso del control interno bajo la gestión de Sandoval Vargas y encendió las alarmas sobre el grado de descomposición dentro de la corporación.

Poco después, el malestar entre los agentes llegó al límite. En septiembre de 2024, tras meses de denuncias públicas y reclamos internos, Sandoval Vargas fue cesado del cargo y sustituido.

De ser destituido… a dirigir la seguridad de la Fiscalía

Un año después de su salida por corrupción, Sandoval Vargas reaparece con un cargo aún más delicado: la Dirección de Seguridad Institucional de la Fiscalía, responsable de la protección del personal, la vigilancia de las instalaciones y la definición de políticas internas de seguridad.

El contraste no podría ser mayor: el hombre acusado de vulnerar derechos laborales y desmantelar una corporación pública ahora tiene bajo su mando la seguridad de los fiscales, peritos y agentes ministeriales del estado.

La Fiscalía General ha insistido en su compromiso por profesionalizar a sus mandos y fortalecer la ética del servicio público. Sin embargo, este nombramiento rompe con el discurso de integridad y meritocracia, al colocar en un puesto clave a un personaje con antecedentes públicos de corrupción y abuso de poder.

A poco más de un año de su destitución, Juan Eulogio Sandoval Vargas vuelve a ocupar un cargo estratégico, en una de las áreas más sensibles de la Fiscalía.

Su retorno no sólo revive los fantasmas de una administración marcada por el saqueo y el autoritarismo, sino que confirma que en Michoacán, la impunidad burocrática sigue teniendo fuero y promoción.

Mientras los agentes jubilados continúan esperando sus pagos y las auditorías duermen en los cajones, el mensaje institucional es claro: los errores del pasado no se corrigen, se recompensan, y aquellos que cuentan con altos grados de capacitación, honradez y lealtad a las instituciones, no tienen cabida en los altos cargos.

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