Buenos Aires, Argentina, 10 de agosto del 2025.- El hallazgo de restos humanos en una vivienda donde, años atrás, residió por un breve tiempo Gustavo Cerati, ícono del rock en español, generó una oleada de teorías conspirativas en el barrio de Coglhan, Buenos Aires.
Sin embargo, la verdad detrás del caso es mucho más dolorosa: pertenecen a un adolescente desaparecido en 1984 que nunca recibió justicia.
Un equipo forense examinó 150 fragmentos óseos y confirmó que eran de origen humano. La noticia, al hacerse pública, provocó una avalancha de memes sobre Cerati que terminaron desviando la atención del verdadero responsable del crimen.
La propiedad funcionó como chalet y, a principios de los 2000, fue alquilada por el fundador de Soda Stereo, quien hizo el acuerdo con la artista plástica Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi.
La víctima, Diego Fernández Lima, tenía 16 años, jugaba fútbol y era apasionado por las motocicletas. El 26 de julio de 1984 se despidió de su madre para ir a la casa de un amigo y nunca volvió.
La policía de la época apenas investigó el caso, convencida de que el joven se había fugado con su novia. Su familia rechazó esa versión y lo buscó incansablemente durante décadas, ahora se confirmó el hallazgo de su cuerpo.
La autopsia reveló que murió de una puñalada en la cuarta costilla derecha, con indicios de un intento de descuartizamiento.
Los restos, enterrados a 60 cm de profundidad junto a objetos como un reloj Casio y un llavero, sugieren un entierro apresurado.
El principal sospechoso es Cristian Graf, un excompañero de escuela de Diego que vivía en la casa donde se encontraron los restos, sin embargo, el caso ya prescribió, por lo que no tendrá acceso a la justicia.