Michoacán; 13 de enero de 2022.- Por múltiples razones no es fácil formar toreros, por ello ser maestro de aquellos que sienten el llamado del mal de montera es un compromiso mucho más que grande.
Al matador Jacobo Hernández no le arredra un reto así porque es estudioso, disciplinado, buen mentor y muy exigente sin caer en exageraciones ni extremismos.
Tauromaquia Michoacán es el nombre de su proyecto, el de su escuela. Es su tierra y su parcela en la que cultiva al prospecto para convertirlo en un hombre de bien y en un buen torero.
No gusta de medianías, ni de medias tintas. De sus discípulos pide entrega y responsabilidad, disposición y seriedad porque sabe que solamente así podrá cultivar el mundo de posibilidades que cada alumno representa para él.
Su método es personalísimo y le ha dado resultados alentadores, dígalo si no el nombre de Isaac Fonseca, novillero puntero de España y de todo el orbe al que enseñó y al que apodera.
Ahora, el matador Jacobo Hernández, modela y moldea a seis chavales que prometen, a saber: Luis Ernesto Cincire, Alicho Pérez, Santi Villicaña, Paco Vargas, Gustavo Farías y Alejandro Tinoco.
Talento en ciernes que, de suyo, da forma y contenidos a Tauromaquia Michoacán, la escuela moreliana que más que prometer se compromete a detectar el talento, a trabajarlo, pulirlo y a abrirle caminos para que no detenga su crecimiento.
Talento en ciernes, sí, pero con un futuro halagüeño, porque Luis Ernesto Cincire, Alicho Pérez, Santi Villicaña, Paco Vargas, Gustavo Farías y Alejandro Tinoco han dejado ver que poseen cualidades y virtudes como para romper y triunfar.
Veremos que dice el devenir de los tiempos, mas, hoy, queda claro que se trata de una camada de talentosos jovencitos que, sin embargo, tendrán que darlo todo, pero desde ya.