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MensajearZamora, Mich., a 1 de abril del 2020.- Luego de que en el mes de diciembre de 2019 se registrara la segunda incursión del Cártel Jalisco Nueva Generación a la ciudad de Zamora, provocando muertes e incendios y secuestrando personas, ante la mirada pasiva de la Policía Michoacán y Guardia Nacional, lo que le costó el cargo a los mandos de esas corporaciones, este martes una mujer fue baleada y tres casas incendiadas, a unos metros de la 17 Batallón de Infantería.
Los hechos tuvieron el día martes, cuando un grupo de hombres fuertemente armados arribó a la calle Ciruela de la colonia Huertas Zamoranas.
Allí fue atacada a balazos Blanca Estela H., de 28 años de edad, quien herida escapó del lugar, mientras que los malhechores le prendieron fuego a su casa, extendiéndose las llamadas a dos viviendas contiguas.
La mujer caminó más de un kilómetro y medio alrededor de las instalaciones del 17 Batallón de Infantería, donde opera la Guardia Nacional, hasta ser detectada por soldados de esa corporación, quienes pidieron una ambulancia.
Por su parte, Bomberos apagaron el fuego de las casas que se incendiaban, sin reportar los cuerpos de seguridad pública o fuerzas armadas, alguna detención, aunque los hechos ocurrieron frente al Batallón de Infanteria.
El viernes 27 de enero, un convoy de al menos quince camionetas con sicarios del Cártel Jalisco, irrumpió en la cabecera municipal y por alrededor de dos horas los delincuentes causaron estragos entre la población, baleando viviendas, quemando otras y secuestrando a hombres y mujeres.
Al respecto, el gobernador de la entidad, Silvano Aureoles Conejo, dijo que los encargados de la seguridad en la región no solo se enteraron de lo que ocurría en ese momento, sino que "Se hicieron tarugos que no es lo mismo, a mí no me engañan".
“Ese cuento yo no me lo creo y habrá consecuencias para los omisos o cómplices que se quedaron de brazos cruzados, dejando que entraran estos delincuentes a Zamora”.
Pero el Gobernador hizo algo similar, al ocultar su Administración y las autoridades municipales, los asesinatos que tuvieron lugar en esa incursión del CJNG, los cuales fueron reconocidos por Silvano Aureoles, en un aparente descuido.
“A ver, los asesinados estaban a cuadras de las instalaciones de la Policía Municipal, deja los que estaban más lejos, pero ahí, a unas cuadras ¿y no se dan cuenta que hay detonaciones?”, cuestionó.
El 1 de enero del presente año, fueron relevados del cargo el inspector en jefe de la Guardia Nacional en los municipios de Zamora y Jiquilpan, el teniente coronel Renato Delgadillo Rodríguez, y el comandante Regional de la Secretaría de Seguridad Pública en Zamora, Adrián Zapien Arenas.
En su lugar quedaron José Luis Valenzuela, Coronel de Infantería que apenas a finales de noviembre había asumido el mando del 27º Batallón de Policía Militar, comisionado de la Guardia Nacional, con sede en Uruapan; y Adrián Zapien Arenas, comandante Regional de la Secretaría de Seguridad Pública en Huetamo.
En ese entonces Uruapan y Huetamo ya eran focos rojos por la fuerte presencia de grupos criminales en sus territorios: Los Viagras y el Cártel Jalisco en Uruapan; y La Familia Michoacana y el Cártel Jalisco en Huetamo y municipios colindantes de Guerrero. Hasta la fecha, ambas ciudades siguen controladas por criminales, igual que Zamora.
El ataque del martes y el asesinato de tres mujeres y siete hombres en Zamora en los primeros dos días de la semana (más decenas y decenas desde que comenzó el año), demuestran que el cambio de mandos no sirvió para garantizar la seguridad de la ciudadanía.
Asimismo, el atentado del martes contra una mujer y la quema de tres casas frente a las bardas del 17 Batallón de Infantería, donde se asienta la Guardia Nacional, demuestran que en Zamora y en la Casa Gobierno de Michoacán, muchos se siguen haciendo “tarugos” en cuanto a asegurar la seguridad de los habitantes.
