Cuando denunciar cuesta la vida: los asesinatos de Bernardo Bravo y Carlos Manzo revelan la doble cara de la violencia en Michoacán

Cuando denunciar cuesta la vida: los asesinatos de Bernardo Bravo y Carlos Manzo revelan la doble cara de la violencia en Michoacán
Autor: Redacción / Noventa Grados | Fecha: 2 de Noviembre de 2025 a las 02:11:24

Morelia, Mich., a 2 de noviembre de 2025.- En el estado de Michoacán, dos homicidios ocurridos con semanas de diferencia ponen al descubierto la complejidad de la violencia: por un lado, el asesinato del empresario agrícola Bernardo Bravo, y por otro, el del alcalde independiente Carlos Manzo, en contextos distintos pero estrechamente vinculados. Ambos casos ilustran cómo el crimen organizado y la impunidad acechan a quienes deciden plantarle cara.

El crimen contra Bernardo Bravo

Bernardo Bravo era presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán y un productor de limón que denunciaba públicamente las extorsiones y amenazas a las que el sector estaba sometido.

Su cuerpo fue encontrado en su camioneta, con un disparo en la cabeza y signos de violencia, luego de acudir —sin escolta— a una reunión en una zona controlada por células criminales. 

Las investigaciones han identificado como probable autor intelectual a César Sepúlveda Arellano alias “El Botox”, vinculado al grupo Los Viagras, aliado del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Este homicidio no sólo es el ataque a un empresario: es un mensaje para los productores agrícolas, que en una zona caliente de la violencia como Tierra Caliente ven cómo su actividad es permeable al control del crimen. Bravo se convirtió en símbolo del costo de denunciar.

El asesinato de Carlos Manzo

Carlos Manzo, alcalde de Uruapan desde septiembre de 2024, era conocido por su discurso frontal contra la delincuencia: patrullaba con chaleco antibalas, denunciaba públicamente al crimen organizado y buscaba generar un cambio.

El 1 de noviembre de 2025, durante un evento público en plena celebración del Día de Muertos, fue asesinado a balazos por un atacante que irrumpió en la plaza municipal.

Detenciones fueron informadas: dos personas aprehendidas y un agresor abatido por las fuerzas de seguridad.

La muerte de Manzo pone de relieve que incluso quienes ocupan cargos públicos y ejerciendo gran visibilidad están expuestos al homicidio cuando desafían al crimen organizado.

Un patrón que podría revelar más

Aunque las investigaciones siguen por caminos separados, especialistas en seguridad consideran que los crímenes reflejan un mismo fenómeno: el riesgo que enfrentan quienes desafían la economía criminal en Michoacán, donde la extorsión, la disputa territorial y la cooptación política atraviesan tanto al campo como a los ayuntamientos.

Las familias de ambos líderes han exigido justicia y han solicitado que todas las líneas de investigación —incluidas las coincidencias temporales y las relaciones entre actores regionales— sean revisadas con rigor.

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