La capacidad educativa de adaptación a circunstancias especiales: Javier Irepan Hacha

Morelia, Michoacán, a 3 de noviembre del 2020.- Hemos dicho ya con anterioridad que, no es posible otorgarle una función única e inequívoca a la educación, primero porque la dimensión social que abarca es de gran tamaño, segundo, porque no podemos delimitar su campo de acción y tercero, porque esperamos a partir de ella tener un gran impacto en la sociedad, por ello, hoy debemos insistir en la necesidad de saber dirigir sus esfuerzos y canalizarlos en los niños y jóvenes.

Los procesos de formación han cambiado de forma permanente, pero de manera muy acelerada en los años recientes, buscando adecuarse a los tiempos y las exigencias del modelo social, es decir buscando responder a las nuevas formas que exige la producción de mercancías y servicios y en general los satisfactores sociales

Pero también adaptando la visión humanista de la educación, es decir reconocemos que el carácter de la formación ha cambiado, pues aún en aquélla dirigida a la formación para el trabajo, se exige lo que antes se pedía para la educación en general: que el futuro trabajador formado por el sistema escolar sea, flexible y creativo, capaz de trabajar en equipo, de atender de manera integral diversas funciones anteriormente distribuidas en varios trabajadores, de desempeñarse guiado por un racionamiento analítico y científico para la identificación, organización y planeación de recursos y tiempos.

La educación, a pesar de ciertos momentos de estancamiento o de poco desarrollo, dependiendo mucho de la visión y prioridad de cada gobierno, nunca ha estado ni puede estar estática, indiferente a los cambios que ocurren en su contexto social, cultural, político y económico, sin embargo, resulta de vital importancia conocer la educación y su entorno para ubicarla y a ponerla en movimiento.

En consecuencia con lo anterior, muchos de los problemas de la educación se corresponden con el desconocimiento que se tiene de lo educativo, las medidas que se toman en torno a la misma suelen ser casi siempre con base en la ocurrencia y no en diagnósticos serios. El conocimiento profundo resulta de esta manera, la alternativa para responder a las nuevas exigencias.

En el marco de la contingencia que vive el mundo y de la cual nuestro país y en concreto nuestros centros educativos, viven un impacto de gran magnitud, el cambio que exige a lo educativo es de vital trascendencia, primero por la adaptación que debe lograr para sus procesos de enseñanza y aprendizaje, segundo por la falta de atención del sistema educativo nacional y estatal, tercero por el desconocimiento y la falta de sensibilidad para encontrar alternativas y finalmente porque no vemos acciones claras y concretas, sino más bien siempre ocurrencias.

Hoy se convierte en una exigencia, la atención a cada escuela, en cada nivel y modalidad educativos, al impacto que tienen de esta circunstancia que vivimos y a resolver de manera correcta y urgente las necesidades generadas. Hasta el momento no vemos claridad en la atención, no se observa la realización de estudios que nos lleven a un conocimiento amplio y por lo tanto no podemos esperar respuestas concretas, pareciera que cada centro educativo tendrá que adaptarse a su propia circunstancia, esperemos que no, pero así parece. Muchas gracias.