El becerrista portugués Tomás Bastos destapó el pomo de las esencias en el Cortijo la Maestranza

El becerrista portugués Tomás Bastos destapó el pomo de las esencias en el Cortijo la Maestranza
Autor: Óscar Tapia Campos / Noventa Grados | Fecha: 23 de Diciembre de 2020 a las 15:31:00

Morelia, mich., a 23 de diciembre del 2020.- El becerrista Tomás Bastos destapó el frasco de las esencias en el Cortijo la Maestranza de Morelia al estructurarle una gran faena a un añojo procedente de la dehesa de San Maximiano, ganadería lagunillense propiedad del matador Rogelio Chávez. 

El juez de plaza, Víctor Alanís, estimuló al niño portugués con rabo y orejas simbólicas, con lo que éste se alzó como el máximo triunfador del festival realizado en el marco del XIV Aniversario de la Escuela Taurina Municipal de Morelia. Vladimir Díaz y Mariángel Segovia también “tocaron pelo”, toda vez que fueron aplaudidos con dos trofeos simbólicos cada uno.

Fue un festival de marcados claroscuros, habida cuenta que se pudieron observar tres niveles muy diferentes en los alternantes, así como becerros muy disparejos en sus jugadas, habida cuenta que el primero regateó mucho la embestida, el segundo fue bueno a secas y, el tercer, le dio una gran contribución a Tomás Segovia, ese chaval que crea esperanzas.

Vladimir Díaz corrió con lo peor del encierro, habida cuenta que le salió un becerro desprendido que tardó en enterarse, el que por lapsos regateaba la embestida y se pegaba a piso. El aspirante moreliano paso inédito con el capote y con la muleta tuvo destellos y detalles que hacen recordar que nació con atributos, pero también que debe trabajar mucho para convertirlos en capacidades.

Mariángel Segovia pintureó unas chicuelinas y, después, con la muleta, logró dos tandas por naturales meritorias. Le faltó cabeza y esquina para aprovechar de mejor manera al de San Maximiano, sin embargo, al final dejó un buen sabor fe boca en la asistencia.

Tomás Bastos se cuece aparte. Ya nos había dejado saborear algunas de sus cartas credenciales en el redondel de Torre Vieja hace unas semanas, mas el sábado anterior en La Maestranza desplegó su lienzo en blanco para pincelar tandas artísticas soportadas en un valor sereno apuntalado en virtudes que lo sugieren como un buen prospecto para tiempos venideros. Fue dueño y señor de la escena, por eso en premio recibió tres merecidos trofeos.

En ámbitos de la parafernalia del festival que aquí nos ocupa se montaron tres exposiciones, una del escultor Mario Mármol, otra del fotógrafo taurino Salomón Martínez y una más del dibujante Ulíses Rubio. Así sea.

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