Ciudad de México, 27 de julio de 2025.- Un año después de su sorpresiva captura, la situación jurídica de Ismael “El Mayo” Zambada, histórico líder del crimen organizado, continúa sin definirse en Estados Unidos, mientras que en México persisten los reclamos diplomáticos y una creciente crisis de violencia provocada por la fractura del grupo criminal.
El 25 de julio de 2024, Zambada fue presuntamente secuestrado en territorio mexicano y trasladado en una avioneta privada hacia el estado de Nuevo México por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. El avión aterrizó en el aeropuerto de Santa Teresa, cerca de El Paso, Texas, donde ambos fueron detenidos por agentes del FBI y la DEA, sin que se registraran disparos. Mientras Guzmán López se entregó voluntariamente, Zambada habría sido llevado contra su voluntad.
Ambos enfrentan múltiples cargos por narcotráfico, entre ellos el tráfico de fentanilo. Sin embargo, sólo Guzmán López ha avanzado en sus procedimientos legales, mientras que Zambada, de 77 años, permanece recluido en el Metropolitan Detention Center de Brooklyn, bajo custodia del Buró Federal de Prisiones, en espera de juicio.
En septiembre de 2024, durante su primera audiencia ante la Corte Federal en Nueva York, Zambada se declaró “no culpable” de los 17 cargos que enfrenta, entre los que figuran lavado de dinero, homicidios relacionados con el narcotráfico y posesión de armamento. El caso se encuentra empantanado en negociaciones entre la defensa y la fiscalía para evitar una posible condena a muerte. El juez Brian Cogan, quien también dictó sentencia a “El Chapo”, ha otorgado diversas prórrogas para alcanzar un acuerdo.
Uno de los obstáculos ha sido el conflicto de interés que representa la defensa legal del capo, pues su abogado también representa a su hijo, Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, actualmente testigo protegido del gobierno estadounidense.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado su exigencia al gobierno de Estados Unidos para que aclare los pormenores del operativo que resultó en la captura del capo:
“Seguimos insistiendo, depende del Gobierno de Estados Unidos dar toda la información, pero vamos a seguir insistiendo”, señaló la mandataria el pasado 25 de julio. La presidenta también ha responsabilizado a las autoridades estadounidenses por la violencia que desató el operativo en Sinaloa.
“No se puede combatir el narcotráfico violando la soberanía de otro país. Debe existir coordinación y respeto mutuo para frenar el flujo de drogas y armas”, declaró.
Además, México ha solicitado la repatriación de Zambada, argumentando que enfrenta tres órdenes de aprehensión vigentes en el país y que su detención fue irregular, al no contar con aval de las autoridades mexicanas.
La captura de “El Mayo” generó una ruptura irreversible dentro del Cártel de Sinaloa. Las facciones de “Los Chapitos” y “La Mayiza” —ligada a los herederos de Zambada— entraron en un conflicto abierto que ha devastado a Sinaloa.
Según datos oficiales, entre agosto de 2024 y julio de 2025 se contabilizaron 1,731 homicidios en la entidad, lo que representa un incremento del 243% respecto al periodo anterior.
Óscar Loza, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, declaró: “Son meses de sobrevivir una crisis humanitaria (…) Esta presente ola violenta pareciera no tener final”.
Este fin de semana, en el marco del primer aniversario de la captura de Zambada, Sinaloa vivió una de las jornadas más sangrientas del año. El sábado 26 de julio se reportaron 16 asesinatos, dos desapariciones y múltiples restos humanos encontrados en Culiacán, Ahome, Elota y otros municipios.
Apenas la madrugada del domingo, en la comunidad de Yebavito, Navolato, se registró un nuevo enfrentamiento entre sicarios y policías estatales que dejó tres agresores abatidos y un elemento herido.
En respuesta, la Secretaría de la Defensa Nacional desplegó a 90 elementos de Fuerzas Especiales desde Santa Lucía hacia la Base Aérea de Culiacán para reforzar la estrategia de seguridad, que ya incluía paracaidistas y unidades del Ejército y la Guardia Nacional.
Diversas fuentes coinciden en que Zambada cayó en una emboscada preparada por Guzmán López, con quien tenía una reunión pactada ese día. También estaba citado el entonces diputado federal electo y ex rector sinaloense Héctor Melesio Cuén, quien fue asesinado ese mismo 25 de julio.
Desde entonces, la violencia ha azotado la región, con desplazamientos forzados, negocios cerrados y parálisis económica. Mientras tanto, el veterano capo continúa en una celda de máxima seguridad en Nueva York, sin sentencia firme y con una audiencia programada para el próximo 25 de agosto.
Su destino, así como la paz en Sinaloa, permanece incierto.