Ciudad de México, a 11 de julio de 2025.— La reciente declaración de culpabilidad de Ovidio Guzmán en una corte de Chicago no solo ha sacudido las estructuras judiciales internacionales, sino que también ha desatado una fuerte polémica entre el abogado defensor del capo sinaloense, Jeffrey Lichtman, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. El enfrentamiento ha escalado hasta involucrar a la Fiscalía General de la República (FGR), que salió en defensa de la mandataria.
Durante una conferencia en Culiacán, Sheinbaum expresó su molestia por la forma en que las autoridades estadounidenses gestionaron el acuerdo de culpabilidad con Guzmán sin notificar ni involucrar a México. “Nos parece que no se puede seguir manejando un doble discurso, en el que se tacha a los cárteles de terroristas, pero al mismo tiempo se negocia con sus líderes sin transparencia alguna”, sostuvo la presidenta, añadiendo que su gobierno buscará mayor coordinación bilateral en temas de justicia transnacional.
La respuesta del abogado de Ovidio fue inmediata y contundente. En declaraciones dadas a medios estadounidenses, Jeffrey Lichtman calificó de “absurda” la petición mexicana de tener acceso o participación en los términos del acuerdo alcanzado con la fiscalía estadounidense. Pero fue más allá: acusó a Sheinbaum de actuar como “publirrelacionista del cártel del Mayo Zambada”, sugiriendo que la postura del Gobierno mexicano busca favorecer a ciertos grupos del narcotráfico.
“Es ridículo pensar que México debería intervenir en un proceso judicial llevado en EE.UU. bajo sus propias leyes. Esta es la misma nación que liberó al general Cienfuegos tras su arresto por narcotráfico. ¿Ahora quieren que participen en nuestra justicia? No se puede tomar en serio”, sentenció Lichtman, en referencia al escándalo de 2020 que culminó con la repatriación y exoneración del exsecretario de Defensa, acusado por la DEA de vínculos con la delincuencia.
La presidenta Sheinbaum respondió con firmeza, calificando como “totalmente irrespetuosa” la actitud del abogado, no solo hacia su investidura, sino hacia las instituciones mexicanas. En un breve posicionamiento desde Palacio Nacional, afirmó: “No vamos a permitir que se nos señale de proteger a ningún grupo criminal. Estamos del lado de la justicia y así lo hemos demostrado”.
La FGR también se pronunció, respaldando a la mandataria y refutando lo dicho por Lichtman. En un comunicado, la institución calificó sus declaraciones como “oportunismo mediático” y recalcó que México no solo cumplió con los procesos judiciales internos, sino que facilitó la extradición del acusado conforme a los tratados internacionales.
“Nuestro papel ha sido claro: investigar, acusar y extraditar conforme a derecho. Lo demás es una narrativa malintencionada que busca desinformar y crear división entre ambos países”, afirmó la dependencia.
El choque entre las partes ocurre en un momento políticamente delicado, en el que México intenta fortalecer su postura ante Estados Unidos en temas de cooperación en seguridad, justicia y migración. Aunque la figura de Ovidio Guzmán ya no está físicamente en el país, su caso parece seguir generando tensiones de alto nivel tanto en el ámbito diplomático como judicial.