Las tradiciones de Día y Noche de Muertos registrarán notorias transformaciones este año

Las tradiciones de Día y Noche de Muertos registrarán notorias transformaciones este año
Autor: Óscar Tapia Campos/ Noventa Grados | Fecha: 25 de Octubre de 2020 a las 14:31:00

Morelia, Mich., a 25 de octubre del 2020 .- Se acerca ya el tiempo de la Noche de Muertos, y en Michoacán eso se nota, porque se empieza con la limpieza de los panteones; la flor de cempasúchil está a punto de maduración en los sembradíos; el panorama se pinta de guinda con la flor de terciopelo; la nube, florecilla que era silvestre como las otras, jaspea de blanco la mirada; acullá aparecen cincollagas y amapolitas moradas.

En la Cañada de los Once Pueblos, la Meseta Tarasca y la Zona Lacustre de Michoacán se modifica la cotidianeidad, porque en las casas empiezan los preparativos para realizar altares y ofrendas en honor de los angelitos y de los fieles difuntos, sobre todo en las que hubo un muerto nuevo, es decir fallecido a partir del 2 de noviembre del año anterior y hasta el 31 de octubre de este año, porque para ellos el ritual es diferente que para el resto de las ánimas.

En ciudades como Morelia, Uruapan, Zamora, La Piedad y Zacapu también se nota la cercanía de la Noche de Muertos, porque desde conceptos más folkloristas que culturales, más de espectáculo que de tradición se realizan instalaciones que por ignorancia e intereses oficiales y oficiosas de los funcionarios se hace derroche de dinero infructuosamente porque lo suyo es intrascendente.

La tradición de Día y Noche de Muertos es una tradición viva en Michoacán, por eso contrariamente a lo que quieren imponer los tradicionalistas recalcitrantes está en constante transformación, porque lo que antes era ya no es, puesto que la calabaza, el elote, el uchepo y el atole, por ejemplo, ya no son alimentos primordiales en el marco de nuestra gran riqueza culinaria.

Y lo que hoy día forma parte de la globalización y de la cultura sin fronteras en las que estamos inmersos antes no sólo no se conocía, sino que ni siquiera se pensaba que pudiera suceder, porque los indígenas prehispánicos no tenían elementos para suponer la aparición del plástico, la comida chatarra, la industria del juguete eléctrico, la comida rápida, nada más por mencionar algo de lo muchísimo que ellos nunca supusieron.

Por eso al tratarse de una tradición viva, la Noche de Muertos cada año es diferente, aunque abundan quienes tratan de apegarse a lo que fue, siempre infructuosamente, porque es imposiblemente y que no pueden evitar que se coloquen en altares y ofrendas algo de lo que forma parte de la actualidad, como una cocacola, unos chetos o unas flores de plástico, un retrato o una prenda de licra.

Bien, pero este año la celebración de Noche y Día de Muertos será diferente, porque muchos de los fallecidos nuevos no tienen tumba, ya que por haber muerto a causa de la pandemia fueron reducidos a ceniza, aunque su religión y/o su cultura prohíban la cremación, debido a que fueron incinerados en los hospitales donde los alcanzó su hora final.

Por tanto, esas ánimas no tendrán un lugar en los camposantos, donde además no se permitirá el ingreso de turistas, precisamente como medida precautoria para combatir la propagación del coronavirus, aunque no faltarán los irresponsables que lleguen de diferentes puntos de la entidad y del país a escandalizar bajo los influjos del alcohol y/o de las drogas.

Total, que las tradiciones de Día y Noche de Muertos seguirán en constante transformación en Michoacán porque está viva y, por ende, es cambiante. Su transformación, incluso, será mayor este año a causa de la pandemia. Así sea.

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