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MensajearMorelia, Michoacán., 17 de julio del 2019. - Si bien quien fuera designada como secretaria técnica de la secretaría ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) fue el mejor perfil, sus dos compañeros en la terna final: Arturo Ángel Parra Luviano y Rogelio Chávez Martínez, tienen su dejo de sospecha ya que al primero se le acusa de actos de corrupción como delegado administrativo del Instituto Michoacano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Imaip) y el segundo por supuestos tratos con empresas fantasma en la Máxima Casa de Estudios.
Se conoce que Juan José Tena García, actual presidente del Comité de Participación Ciudadana de este sistema fue o es un connotado miembro del Partido Acción Nacional, no duda que es amigo personal de Daniel Chávez García, a quien favoreció al ponerlo en tercer lugar de esta terna, no valió esta relación ante el reclamo de que en todos los procesos debe haber equidad de género. Sin embargo, en su votación final fue para Ángel Arturo Parra Luviano, quien precisamente ocupa el lugar que dejó vacante Chávez García como consejero del Imaip. Por fortuna su actual presidenta se abstuvo de votar y evitar así, un conflicto de interés.
Lo que ronda en la mayor estupidez en esta elección fue la determinación del contralor del ayuntamiento de Pátzcuaro al abstenerse de votar porque quien iba adelante no traía su presentación en power point, menudo reclamo, cuando Ana María Vargas Vélez se le conoce por su profesionalismo, entrega, probidad, su expediente es intachable.
Igual de irrisoria la sugerencia de Francisco Huergo Maurín, titular de la Contraloría estatal para hacerle a esta nueva funcionaria del SEA una evaluación semestral, ‘como un contrato que permita movilidad del sujeto en caso de incumplimiento’, sorpresa causó su declaración de que “quien no quiera, pase a hacer otra cosa: que se vaya a lavar trastes a su casa, pero que no estén”.
