Zitácuaro, Mich., a 6 de junio de 2025.- Los pobladores del municipio de Zitácuaro se encuentran a su suerte, luego de que las autoridades se negaran a mover un solo dedo por el secuestro de 10 personas que fueron privadas de la libertad a unos metros de la Dirección de Seguridad local; los relatos de los pobladores se vuelven cada vez más escalofriantes y las balaceras se acercan cada vez más a la cabecera municipal, mientras las autoridades intentan ocultar esta nueva guerra por el territorio.
Ante el cerco mediático que se ha impuesto sobre Zitácuaro y los municipios de la región oriente de Michoacán, son los propios habitantes quienes difunden en las redes sociales, los hechos de violencia que los asolan y de los que nadie habla, mucho menos las autoridades.
Este jueves, alrededor de las 10:30 horas, un comando en al menos tres vehículos, se apersonó en el tianguis ganadero y privó de la libertad a diez personas, llevándose también una camioneta propiedad de una de las víctimas.
El crimen -que fue denunciado en las redes sociales- dejó pasmados a los testigos, quienes no daban crédito a lo que acababan de ver, menos aún al registrase este hecho a unos cientos de metros de las instalaciones de la Policía Municipal de Zitácuaro.
Posteriormente los pobladores hicieron otro reporte; en un predio de la comunidad Nicolás Romero tenían a los 10 secuestrados. El testigo refería que ese sitio servía como escondite y casa de seguridad de los delincuentes, siendo los gritos algo común, así como que por las noches los sicarios se encargaran de sacar los cuerpos de sus víctimas.
Otros pobladores confirmaron este relato, denunciando la colusión de autoridades municipales con el grupo asentado en esa comunidad. También dijeron que los delincuentes ponían música a todo volumen para disimular los gritos de sus víctimas, pero estos son muy evidentes.
A pesar de que por las noches se dan fuertes encontronazos entre grupos armados, que frecuentemente usan también explosivos, aunado a los homicidios, cobro de piso y amenazas, las autoridades municipales y estatales parecen no ver nada, dejando a la población abandonada a su suerte, para que al final sea la delincuencia la que decida sobre su destino y sus vidas.