AMLO, el hipócrita

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Fecha: 13 de Noviembre de 2014 a las 19:38:58

Morelia, Mich., a 13 de noviembre de 2014.- Publicado el 28 de mayo de 2012 por Onésimo Herrera Flores en el sitio yoinfluyo.com, el artículo periodístico da cuenta de las propiedades del que mandó al diablo las instituciones y que está empecinado en ser Presidente de la República. Qué paradoja aunque no tanto de este personaje que ha dejado en claro que solo busca su beneficio personal a través de manipular a la gente para hacerlos sus seguidores, como esos líderes mesiánicos que luego obligan a sus adeptos a morir por ello.

Aquí parte sustancial del trabajo de Onésimo Herrera Flores:

“En su momento AMLO, el hoy misterioso propietario de mansiones, informó que su partido le pagaba, como presidente legítimo, 60 mil pesos mensuales, pero las cuentas no encajan. ¿Con 60 mil pesos mensuales puede mantener por lo menos cuatro casas? En una vive con los hijos de su primer matrimonio, en otra, mucho más lujosa, con su nueva esposa. La mansión de "La Toscana" está dentro de Bosques de las Lomas y es el lugar más caro de esa colonia. Por esta impresionante mansión pagó más de 20 millones de pesos, incluyendo obra, alberca, cancha de tenis, jardines y exquisito mobiliario minimalista.

Ahí vive con su mujer venezolana y el hijo de ambos. Tienen una seguridad impresionante (también cara y escogida) en donde nadie se puede siquiera acercar, a menos que sea invitado. Con las inundaciones, se supo que tiene un condominio horizontal de lujo en Villahermosa y que estaba en ampliación y remodelación y tiene por lo menos otra propiedad, un rancho, en Macuspana, también en Tabasco.

Hace tiempo que López Obrador no utiliza el modesto Tsuru blanco, se mueve en camionetas blindadas. Sus hijos han tenido la fortuna de ir a buenas escuelas, uno de ellos por lo menos ha estudiado en el extranjero y trabaja en la Procuraduría capitalina. ¿Pero… de qué vive López Obrador?

No se trata de ahorros porque nunca en su vida trabajó en el sector privado o ha sido un profesionista exitoso en algún ámbito. Luego de la universidad, trabajó en el Gobierno Federal en posiciones muy modestas, de allí se fue a Tabasco, tuvo cargos medios en el gobierno estatal y fue por un periodo presidente del PRI en esa entidad. Cuando abandonó esa posición, por diferencias con el gobernador Enrique González Pedrero, estuvo un año fuera de toda actividad (cuando permaneció un tiempo en Cuba) y reapareció ya como candidato del entonces naciente PRD en su estado: hace 20 años, en 1988.

Desde entonces y hasta el 97, su ocupación fue ser dirigente opositor, no tuvo ningún trabajo remunerado. Ese año se convirtió en presidente de su partido, y en 2000 fue Jefe del Gobierno capitalino hasta 2005, cuando volvió a ser candidato.

En el GDF dice que percibió un salario máximo de 60 mil pesos mensuales. No es ni fue jamás legislador, no escribe, no ofrece conferencias, no pertenece a ninguna institución académica, ni a una organización pública. No da asesoría a ninguna empresa u ONG, no tiene ninguna empresa, se supone que no recibe ingresos de ninguna otra fuente, ¿de qué mantiene sus mansiones?

Por supuesto, no es el suyo un caso único, pero sí asombra que, sin haber aclarado jamás algunos de esos y otros capítulos de su vida, López Obrador se quiera convertir en inquisidor de muchos otros, acuse, descalifique, se burle y se queje.

Tiene derecho López Obrador a defender su vida privada, lo que desconcierta es que una y otra vez utilice la vida privada de los otros, de sus adversarios, para justificar posiciones políticas, sin responder siquiera preguntas tan sencillas como: ¿de qué vive?, ¿quién lo mantiene?, ¿paga impuestos?

Si se considera a sí mismo presidente legítimo, ¿hay algún mecanismo de transparencia que permita acceder a esos datos y verificar si son ciertos, como ocurre con cualquier otro funcionario público? Durante su gobierno en el DF, el manejo de los recursos se dio en la mayor opacidad. Hoy no es diferente.

 

AMLO y sus mansiones son un misterio, empero muy evidente”.