Policías antimotines, víctimas también

Si bien los riesgos de hasta perder la vida son inherentes de su trabajo, los uniformados antimotines, se exponen en todo momento ya no sólo a golpes, pedradas o palazos; ahora también son atacados con cohetones.

Sergio Cortés Eslava/Artículo 7

Morelia, Mich., a 11 de abril del 2017.- Cráneos fracturados, amputaciones, balazos en la cara y otras partes del cuerpo, son las lesiones que presentan al menos diez elementos de la Secretaría de Seguridad Pública como huellas de los enfrentamientos que han sostenido en menos de un mes, principalmente con grupos de comunidades indígenas de Calzontzin y Arantepacua.

Si bien los riesgos de hasta perder la vida son inherentes de su trabajo, los uniformados antimotines que han participado en los operativos mencionados, producto de conflictos hasta ancestrales, se exponen en todo momento ya no sólo a golpes, pedradas o palazos; ahora también son atacados con cohetones y como en Arantapecua, en el municipio michoacano de Nahuatzen, con armas de grueso calibre.

De este modo, el pasado 24 de febrero en la comunidad indígena de Caltzontzin, el Grupo de Operaciones Especiales llevó a cabo un operativo para liberar las vías férreas y el boulevard industrial del municipio de Uruapan; ambas vías de comunicación eran bloqueadas por habitantes de esa población.

Derivado de esta acción, los pobladores agredieron a personal de Policía Michoacán y resultaron con lesiones de consideración tres elementos que a casi un mes de los hechos, aún se encuentran en rehabilitación.

Mauricio Iván Villa Ceja fue agredido con un objeto contundente, lo que le provocó una fractura en la mano derecha que requirió cirugía reconstructiva.

La elemento Estefany Selene Bucio Bárcenas recibió un rocazo en la cabeza que le provocó fractura de cráneo; por su lesión, fue necesario un tratamiento médico especial, observación, tomografía, a fin de descartar riesgos futuros a su salud; a la fecha continúa en recuperación.

El caso más trágico fue el del policía Valentín Castillejo Cuiriz que ese día marcó su vida para siempre luego de ser agredido con un proyectil explosivo que le causó la amputación inmediata de segundo y tercer dedo del pie izquierdo, comprometiendo el resto de la extremidad.

Tras las primeras intervenciones quirúrgicas, fueron necesarias dos cirugías reconstructivas de tejido con la finalidad de salvar el pie y a la fecha se lleva a cabo terapias a fin de recuperar parcialmente movilidad pero no volverá a caminar con normalidad.

Arantepacua

El 5 de abril en la comunidad indígena de Arantepacua en el municipio de Nahuatzen, 200 elementos del Grupo de Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Pública, supuestamente fueron emboscados por una célula del crimen organizado que se hace llamar Los Viagras.

El hecho es que los Goes irían a rescatar más de treinta unidades vehiculares secuestradas por la comunidad como medida de presión para que el gobierno estatal solucionara a su favor un añejo problema por la posesión de tierras.

Aunque no se ha definido hasta la fecha quién comenzó los dispararos y los muertos, la versión oficial es que los elementos del Goes fueron emboscados en un primer momento cuando los uniformados no portaban armas.

Luego del zafarrancho, el saldo fue de cuatro comuneros muertos y siete policías lesionados de arma de fuego.

Los heridos fueron Roberto Carlos Zamudio Vargas, con diagnóstico delicado; Renato Ayala Barajas, también delicado hasta la fecha; José Edmundo Hernández Sandoval, que recibió una herida por proyectil de arma de fuego; -Jorge Alberto Contreras, también con heridas de bala en la cara y muslo derecho; Fernando Herrera Ruiz, con diagnóstico delicado; Marcos Escamilla López, herido de bala en la cara y Pedro Cruz Morales, también con diagnóstico delicado.